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Tara

Quedaba un día para La Velada y Dani estaba nervioso. Habíamos viajado a Madrid, y en su casa estaba todo su equipo que había estado en el proceso del cambio. Yo ya tenía tres meses de embarazo y no podía estar más feliz. Se me notaba la barriguita muy poquito, pero ya se notaba algo si llevaba ropa ceñida, y estaba muy contenta de que todo fuera tan bien. Solo deseaba que se pareciera a él, que tuviera sus ojos, su preciosa sonrisa, su encanto. Tan risueño como su papá.

Me alegré mucho de volver a reencontrarme con el resto en la casa. Adri, Jopa, Paconi… Todos me recibieron en un abrazo grupal como los que hacen los futbolistas cuando marcan gol. Con el mismo griterío y alegría.

☆☆☆

Dani se pelaba el último, así que hasta no ser hora, no nos dirigimos hacia el Bernabéu todos juntos en el autocar.

–Cuidado con la nariz, eh –se burlaba Adri.

–A que te la rompo a ti –lo mira Dani, ya bastante nervioso estaba como para que lo pusieran más.

–Todo irá bien.

–Sí, seguro… –me dio la mano–, tu padre ha venido para entrar conmigo.

–Lo sé, me parece un acto precioso.

–Hombre, en parte, él me ha entrenado. Se lo merece.

Asentí. Mi padre lo ha apoyado y ayudado mucho en todo este proceso. Lo había preparado con todo lo que sabía y lo había motivado para todo. Su pelea era la última de la noche, así que los que podían, salieron a ver las peleas.

–¿Tú no vas? No quiero que por estar conmigo te pierdas algo que solo podrás ver hoy –me mira.

–Para nada lo veo todo por la tele –la señalé.

–Pero no es lo mismo… –sonríe.

–Me da igual, él que me importa de todo este estadio eres tú, los demás me dan igual.

–Eres la mejor.

Ambos nos quedamos mirando a los ojos como dos tontos. Éramos capaces de perdernos en el otro cada vez que nos quedábamos mirándonos. Era una conexión tan bonita, que era única. No sabría cómo explicar lo que se siente. Solo quien se ha enamorado de verdad, sabe lo que es.

Podríamos hablar de todo y a la vez se nada y no nos cansabamos del otro.

–Prepárate que sales.

–Te quiero en mi esquina.

–Y ahí estaré tal y como dijimos.

Me besó de una forma que pareció ser totalmente infinita y después se separó para que yo pudiera irme y él prepararse para hacer su entrada. Yo iría con el grupo, junto a los amigos para quedarnos en la esquina. Borja y Jopa me rodearon con sus brazos, también nerviosos por lo que podía pasar durante la pelea. Yo intentaba tranquilizarlos, todo irá bien, y ganará. Daniel salió subido en aquel caballo negro, con la capa y mi padre a su izquierda, a la derecha sus entrenadores y la gente que iba a asesorarlo durante el combate.

El combate comenzó, y Dani iba en racha, se estaba comiendo vivo a Mariana, y yo y los demás no parábamos de animarlo. Iba ganando, era indiscutible. El combate estaba siendo bastante igualado en el segundo round, y ya para el tercero ganó Daniel por un poco más. Y aunque después de aquello, hicieron un extra por el “empate” que hubo, Daniel ganó, y todos fuimos al Ring a felicitarlo. Yo fui la última ya que no quería meterme en ese montón de hombres gritando y saltando. Dani me alzó en sus brazos, sudando y eufórico por haber ganado. Me besó delante de todo el Bernabéu, incluso Ibai se volvió loco al verlo. Fue un momento precioso, y ahí mi cabeza hizo click.

todo por aquel viaje [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora