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Tara

Las cosas habían mejorado por el momento (porque nunca se sabe que puede pasar). Dani y yo nos llevábamos bien, sin pullitas, sin rencores. Nada. Yo seguía con ese rollo raro con Adrián, la verdad que disfrutaba, aunque estaba claro que él quería más. Pero yo ya le dejé claro que no, y me cortaba el rollo que intentase hacer más íntimo y tierno el encuentro. Mimos de vez en cuando me gustaba, pero no como una pareja. Él no era mi pareja.

-... Mira, follate a otro. Yo ya no puedo seguir así, porque verás tú la hostia.

-Joder, Adri. ¿De verdad? -me acerqué a él mirándolo directamente a los ojos.

-... Sí. De verdad.

-Pues tú te lo pierdes. Con lo bien que estábamos y lo bien que follamos juntos.

-Que sí, que qué rico chingamos y todo lo que quieras, pero yo estoy pillado, y que me des y a la vez no, no me gusta. No puedo más. Quiero más, y no se puede.

-¿Qué es lo que quieres?

-Gustarte.

-Ya me gustas.

-Tara, no me jodas.

Lo miré.

-¿Qué?

-No gustarte solo sexualmente. Conectar.

-Pero si conectamos desde que empezamos a ser amigos.

-¡Deja de sacarle el significado a todo! ¡Gustarte para salir conmigo, coño!

-¡Pues eso te digo! Que te voy a dar una oportunidad.

-... ¿En serio?

-Sí. Pero primero déjame hablar con Jorge.

-Vale -sonríe.

-Bueno, qué coño, él no me ha buscado.

-Pues que le den por culo.

-Que le den.

Me abrazó fuerte y sonriendo. Estaba claro que esta encantado con esta oportunidad.

-No se lo digas a los chicos, para ellos seguimos siendo folla amigos

-Vale.

Plex

Lo oí todo, justo pasaba por al lado de la habitación. ¿Le había dado una oportunidad a Adri? ¿De verdad? Ahora que todo empezaba a irme mejor. No me lo podía creer. Cogí las cosas para entrenar y me vestí con ropa deportiva para irme, no quería estar aquí.

-Hola, Dani -me saluda ella, pero yo ni la miro de cara y salgo por la puerta para coger la moto.

Pensaba que después del otro día podíamos confiar el uno al otro y contarnos las cosas, o yo qué sé, tener una oportunidad nueva. Pero me iba a mentir, en la cara. Tenía que hacerme el tonto, hacer como si nada para un día decirle que lo sabía todo. Sabiendo que iba a quedarse, tenía todas las oportunidades del mundo. Había miles de momentos para confesarle que lo sabía. Debería intentar rehacer mi vida y quedar con mis amigas no tan amigas. Sí, haría eso, tal vez. Yo no soportaba verla con Adri, y ella no iba a soportar verme con Alejandra. Así que, fui hasta su casa y le escribí diciéndole que bajara. Al verme con la moto por el balcón, sonrió y fue directa a bajar.

-¿Te vienes a pasar unos días con nosotros? -me subo la visera para mirarla.

-Claro.

-Pues sube.

Se puso el casco y nos fuimos para la casa otra vez. Cuando llegamos, los saludo a todos, risueña, como siempre había sido. Y la mirada y la cara de Tara no había cómo describirlas. Ale vino conmigo al sofá y la senté sobre mis muslos de lado para abrazarla. Me sentí un poco satisfecho cuando vi que Tara abandonaba el salón.

todo por aquel viaje [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora