~ 𝐿𝑎 𝐷𝑖𝑠𝑐𝑢𝑙𝑝𝑎 ~

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6:20 de la tarde y el monarca se encontraba en su palacio, había ido ahí para recoger algunos papeles importantes que decretaban sus actividades como rey, iba a quedarse en el hotel durante un buen tiempo así que necesitaba esos papeles para seguir cumpliendo sus obligaciones como monarca.

Estando en su oficina, o más que nada su taller lugar donde un montón de patos inundaban la habitación, tomó uno de aquellos patitos amarillos, lo observo por unos segundos cuando un pesar y arrepentimiento comenzaba a crecer en su sentir.

-Alastor...

Entonó en voz baja para si mismo.

-Realmente me arrepiento de haber aceptado ese trato contigo... Todo por mi impotencia y depresión deje que esto se me saliera de control...

Dijo el monarca mientras dejaba aquel patito en el escritorio, luego en total silencio saco de un cajón sus papeles de importancia y antes de retirarse del taller de creación, miro con tristeza la habitación y finalmente salió para cerrar la puerta detrás de él.

Caminando por los pasillos de su palacio varios pensamientos recorrieron su mente, entre ellos; se sentía utilizado y más que eso, lastimado por lo que el demonio le había hecho la noche anterior el Overlord lo había visto solo como objeto de provecho o un objeto para satisfacer sus más bajos instintos y el monarca sabia perfectamente que eso era lo que era, pero claro, fue muy ingenuo de su parte el creer que de verdad tenía una amistad con aquel pecador, así que fue ahí cuando se dio cuenta que... Le había permitido ir demasiado lejos.

Saliendo del palacio se subió en su limusina blanca, donde en chofer por órdenes de Lucifer lo llevó a un lugar que nunca había visitado, el barrio caníbal.

Ciertamente era la primera vez que el monarca salía en mucho tiempo, siempre se la pasaba en su palacio, escondido y sin querer salir, pues creia que salir a "convivir" con los pecadores que ahí residían era una total pérdida de tiempo, pero ya que su perspectiva hacia ellos había cambiado gracias a Charlie y que eso le ayudaría a sanar completamente su depresión, una pequeña visita para tomar el té no le haría daño.

Además sabia por Alastor que el lugar menos desagradable del infierno, era el barrio caníbal. Una vez que llegaron este se bajo sin querer llamar mucho la atención, por lo que dejó su sombrero de copa en el auto y se quitó su saco, queriendo llevar un atuendo más "casual".

Al caminar por las alegres calles se dio cuenta de algo, todos lo observaban. Era obvio, al ser un hermoso ser de luz y más que nada el monarca, su belleza y atractivo llamaban demasiado la atención. Continuó caminando por unos minutos en busca de llegar a una cafetería, pero algo dentro de el se estaba apoderando, la ansiedad, el que todos esos ojos lo observarán con fascinación y al mismo tiempo como si fuera el ser más raro del infierno, su respiración comenzo a agitarse y en sus manos comenzó a notarse un leve temblor.

Comenzó a caminar más rápido debido a la ansiedad y sensación de querer esconderse, mientras más rápido caminaba miraba a todos lados, sintiendo que se lo comían vivo con la mirada, vio un callejón que parecía estar abandonado y decidió meterse ahi, cuando por voltear hacia atrás no se percató que estaba a punto de chocar con alguien.

Al volver la mirada hacia enfrente se estampó con el cuerpo de alguien más cayendo al suelo mientras su ansiedad se hacia más grande. El hombre alto y delgado lo miro por unos segundos, este no sabía si irse o no, pero al ver al rey de esa manera se inco para estar a su altura, cuando el rey lo vio, lo reconoció de inmediato.

¿Tenemos un trato? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora