El futuro y el alcohol no combinan bien en mi vida.
Oliver llegó y le di un abrazo antes de que dijera nada, él no dijo nada, me devolvió el abrazo y luego me aparté.
— Gracias por venir, de verdad.
— ¿Qué ha pasado?
Nos miramos y volví a romper en llanto.
— He dejado a Allen.
Vi su rostro de confusión, pensando en que decir con tal de no dañarme. Él sabía como era Allen y sabía como era yo, básicamente sabía como era Allen porque siempre en cualquier conversación hablaba de él.
— Ven, vamos a sentarnos en el sofá — nos sentamos y él se sentó con las piernas cruzadas, mirándome —. ¿Por qué le has dejado?
— No sé, no lo he pensado bien, pero he hecho lo que mi corazón me ha dicho, sé que suena estúpido, pero joder, le he dicho que era un adicto y un alcohólico y que no me imaginaba que él fuera en un futuro el padre de mis hijos si seguía siendo un maldito borracho — se me entrecortó la voz, pero hice el esfuerzo de seguir hablando —. Y bueno, no sé, le he dicho que se fuera y que podíamos quedar como amigos.
— Beth... — suspiró.
— Sí, ya sé que he sido una puta idiota, no hace falta que lo repitas...
Él se tocó el puente de la nariz.
— Sabes que lo peor que has hecho ha sido dejarle después de haberle dicho que era un adicto y alcohólico, ¿no? ¿Tú que piensas que debe estar haciendo ahora?
Oh mierda...
Bebiendo.
— Me debo imaginar que acabas de caer en ello, ¿no?
Asentí y me limpié las lágrimas con la manga de la rebeca.
— Bueno, también Allen puede que sea un alcohólico o que sea un adicto a la bebida, pero ¿te has parado a pensar que tal vez lo hacía para distraerse, llenar ese vacío y poder pretender estar bien mientras está borracho? ¿Y bebía más estando contigo o no estando contigo? Yo creo que deberías valorar los hechos, contigo estaba tratando de dejar esa adicción, pero al dejarlo por ello puede que esa adicción aumente por culpabilidad e insuficiencia.
Oliver se fue después de haber hablado con él, se lo agradecí muchísimo.
Me encontraba tirada en el sofá, tapada, con unas palomitas y viendo una película para distraer la mente y no pensar en Allen.
Pero luego me llegó una llamada, era Allen, la ignoré, pero me llamó muchas veces más, me había dejado un mensaje en el contestador.
Hola Beth, espero que estés bien, no estoy borracho, he cerrado con llave el armario de las botellas, solo me he tomado una copa como despedida.
Ya que no me contestas las llamadas, supongo que me estás evitando, y quién te culparía. Quiero disculparme, por ser como soy y por no haber sido suficiente para ti, hice todo lo que estuvo en mis manos, pero aunque para mí todo lo que hice fuese mucho, después me di cuenta de que no lo era, me había puesto límites imaginarios.
Y no estoy dispuesto a perderte, no entra en mis planes, no sé como ni por qué, pero cuando vi lo mucho que te importó mi hermano y todo lo que estuviste dispuesta a hacer por él, algo me hizo interesarme en ti, quizás fuese mi corazón, quizás fuese mi cerebro, no lo sé y tampoco me importa parar a pensar en ello, la cosa es que después de que nos tomáramos algo en aquel bar y te tratará algo mal, me sentí culpable y sentí la necesidad de buscarte, de que habláramos, o cualquier cosa, mientras fuera contigo, me bastaba, era todo lo que pedía.
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El Remedio Del Amor
Roman d'amourBeth es una psicóloga a la que le gusta su trabajo. Un día le toca atender a un chico el cual recientemente ha perdido a su madre y tiempo después conoce a alguien: el hermano mayor de su paciente y comienzan a conocerse.