Odio a los hombres.
Cerré el cuaderno de consultas, viendo a mi paciente, Maddie, salir, había sido una mierda de sesión, ella no hablaba, no me contaba nada, simplemente se quedaba mirando a un punto fijo, lo único que sabía es que la ingresaron en el hospital, pero siempre viene sola y cuando le digo que traiga a sus padres, nunca hace nada, es como si para ella esto fuera un pasatiempo aburrido.
— Hola Tarah, Diane y Anna, qué sorpresa veros aquí — dije con desgana.
Tarah me dejó un café, un latte de vainilla, Diane y Anna se miraron entre ellas, sin saber qué hacer.
— Alegra esa cara tía — Tarah me dio un empujón, Diane sonrió, tratando de hacerme sonreír, un intento más que fallido, pero lo apreciaba.
— ¿Sabes? No deberías estar así por un hombre, yo lo dejé con Oliver y mírame ahora.
Dijo dando una vuelta demostrando que no había perdido su brillo y menos por un hombre.
Al escuchar el nombre Oliver, mi cabeza dio vueltas, pensando en como contarle a Tarah que me había besado con su ex, justo después de dejarlo con el mío.
Mire a Diane, ella entendió mi mirada y miró a Tarah y Anna.
— ¿Nos podéis dejar un segundo a solas, por favor?
Ellas salieron, Diane me miró y se sentó en mi mesa.
— ¿Qué te pasa Beth?
Suspiré y aclaré mi voz.
— Yo... besé... bueno... Oliver me besó ayer
Diana abrió los ojos, mirándome, buscando que decir, se rascó la nuca, sabía que era mala amiga y que había roto una regla no escrita: no salgas ni te líes ni beses al ex de tu amiga.
— ¿Y qué problema hay? Es decir... si te besó él.
— Me besó él, estábamos borrachos y le seguí el beso, pero al minuto me aparté porque me di cuenta, joder, soy una pésima amiga y sé lo que debes estar pensando, no te preocupes, no te juzgo.
— Esto... deberías hablarlo con Tarah, no creo que te odie, pero verás, ¿recuerdas que por el grupo dijo que había besado a Carl? ¿Y si te digo que Carl no es Carl y es el tío que te empezó a gustar y no te volvió a hablar?
Vaya.
Doble apuñalada.
Y bien merecida.
— Deberías hablar con ella — interrumpió el silencio —. Sois mejores amigas, no creo que dejéis de serlo — se puso en pie, dispuesta a irse para que yo hablara con Tarah.
— Bien... crees que podrías decirle que... venga, ¿por favor?
Ella sonrió y asintió, abrió la puerta y la cerró detrás de ella, después de unos minutos Tarah entró y se sentó en la silla de enfrente mía, con un rostro confundido, sin saber por qué quería hablar con ella. Yo intenté hablar, pero las palabras no me salían, no me sentía capaz, ambas habíamos estado mal, pero no quería que nuestra amistad terminase, tenía miedo.
— Estás muy pálida, ¿qué pasa? — inquirió, inquieta.
— Bueno... es que — suspiré —. Verás, esto no es fácil de decir, ayer, Oliver y yo nos vimos, yo le quería ayudar a que superase lo que había pasado y no estuviera triste así que fuimos a comprar cosas para hacer la cena, llegamos y no sé como Oliver había metido una botella de alcohol en el carrito, comenzamos a beber y él me besó...
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El Remedio Del Amor
RomanceBeth es una psicóloga a la que le gusta su trabajo. Un día le toca atender a un chico el cual recientemente ha perdido a su madre y tiempo después conoce a alguien: el hermano mayor de su paciente y comienzan a conocerse.