❛❛Vᴇʀʀᴜ̈ᴄᴋᴛ❜❜ •• HʏᴜɴIɴ

29: Del odio al amor: "El hombre más engreído".

Capítulo 29: ❛❛Del odio al amor❜❜.

[ El hombre más engreído ]

“Por si alguna vez haces la tontería de olvidarlo: nunca estoy no pensando en ti”.

—Virginia Woolf.

Cuando se conocieron, el primer pensamiento que JeongIn tuvo sobre HyunJin era que se trataba de un hombre extremadamente engreído. Bastante extraño, puesto que nunca había sido del tipo de personas que acostumbrara a juzgar sin antes conocerlos, sin embargo, en este caso fue diferente.

Muy diferente.

Hwang HyunJin se convirtió en su piedra en el zapato desde el primer día, desde el primer segundo, desde el primer momento.

Fue como un café instantáneo: amargo.

Y no mentía cuando declaraba haber intentado absolutamente todo por sacar al nuevo profesor de su clase, más que ofendido e irritado. JeongIn también atravesó diversos cambios emocionales a causa de ello, enfatizandose en asuntos irrelevantes que con anterioridad jamás habrían inferido en su vista.

Bajo la guardia.

Fue más emocional.

Y se enamoro.

De manera inesperada se había involucrado sentimentalmente con su profesor de historia, y cada segundo que pasaba a su lado se sentía más confundido. El nuevo profesor de intercambio, de alguna, forma había conseguido calar muy profundamente dentro de su vida.

Ahora mismo, con su mejilla pegada al pecho ajeno y un ritmo cardíaco en sincronía, ambos podían deducir lo emparejados que estaban; habían sido uno solo hasta hace un momento. Sus respiraciones se mezclaban, tranquilos y en silencio, profesor y alumno disfrutando de su cercanía.

—¿Así que... Qué va a pasar ahora? — JeongIn inicio, rompiendo el silencio de repente, conservando su misma posición, sin moverse.

En realidad era algo que no le disgustaba para nada, tanto la suavidad de la piel de HyunJin como el olor que emanaba, JeongIn podía deducirlo como indescriptible, una mezcla variada entre naranja, limón y pino mojado; fresco y sutil, pero definitivamente envolvente.

Y no creía cansarse de olerlo nunca, sí, definitivamente no lo haría.

—¿Específicamente a qué te refieres? Claramente no voy a permitir que te cases.

Ante eso, y por primera vez después de algunos minutos, JeongIn levantó la mirada. ¿Cómo es qué? Su expresión de confusión fue evidente, puesto que el rubio se apresuró a seguir hablando:

—No preguntes cómo, pero me enteré hace poco. En realidad es algo muy común entre las familias de élite, siempre buscan hacer crecer más y más su fortuna. Conozco un poco la historia de tu familia, el matrimonio de tus padres también fue producto de ello, aunque muchos lo nieguen —HyunJin se detuvo, pensando un poco—. La señora Park fue muy cruel en ese entonces, nunca le ha interesado algo más que él dinero, aunque le agradezco algo: el producto de su desfachatez dió a luz un muy hermoso fruto. Por obvias razones me apiadó mucho de lo que sintió tu mamá en ese entonces, pero agradezco infinitamente el hecho de que te haya traído al mundo, del mismo modo que agradezco la jubilación del señor Yang y el que me hayas odiado mucho.