Capítulo 10

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BaekHyun

Olía delicioso, como a especias y a calor. Y me dieron ganas de envolverme con ello como si fuera una mantita.

Me acurruqué al lado de la fuente de aquel olor, disfrutando de aquella calidez junto a mi cara. No quería despertarme, pero le había prometido a KyungSoo que iría con él a colaborar de voluntaria en un refugio de animales de la zona, antes de irme a trabajar a la galería por la tarde.

Me permití un minuto más de calorcito (¿mi cama siempre había sido tan grande?) antes de abrir los ojos y bostezar.

Qué raro. Mi cuarto parecía diferente. No había fotos por las paredes, ni mi jarrón con flores estaba sobre la mesilla. ¿Y la cama se había cambiado de sitio sola?

Mis ojos se toparon con un cuerpo medio desnudo a mi lado y el estómago me dio un vuelco. Alcé la mirada y me encontré con un par de ojos. Unos ojos que me miraban sin el menor atisbo de la simpatía que tenían anoche.

Bajó la mirada. Yo la seguí... y entonces me di cuenta, para mi horror, de que le estaba tocando la polla a Park ChanYeol. Sin querer, y con pantalones, pero así era.

Le-estaba-tocando-la-polla-a-Park-ChanYeol.

Y estaba dura.

La vergüenza me engulló otra vez como una ola gigante. Quita la mano. ¡Quítala ya! Mi cerebro se puso a gritarme, y yo quería quitarla. De verdad. Pero me quedé congelado, paralizado por el shock y la humillación, y algo más que es mejor no mencionar.

En mi mente se cruzó una idea fugaz de lo que guardaba ChanYeol en el paquete. Tenía la sensación, literalmente, de que podría competir con cualquier actor porno.

—Por favor, quítame la mano de la polla a menos que estés planeando hacer algo con ella —dijo ChanYeol con frialdad.

Por fin retiré la mano y retrocedí de un salto, con el corazón latiendo a un ritmo salvaje dentro de mi pecho mientras trataba de ubicarme.

—¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí? ¿Hemos...? ¿Tú y yo...? —Hice un gesto mientras nos señalaba, sospechando lo peor.

Oh, Dios, JongDae me iba a matar y ni siquiera podía culparlo.

Me había acostado con el mejor amigo de mi hermano.

¡Mierda!

—Tranquilo. —ChanYeol rodó fuera de la cama con la agilidad y la elegancia de una pantera. Los rayos del sol entraban a través de las ventanas e iluminaban con un pálido resplandor su figura esculpida, su pecho y sus abdominales perfectamente tonificados—. Te quedaste dormido en mitad de la peli del perro y estaba lloviendo, así que te subí aquí. Fin.

—Así que no hemos...

—¿Follado? No.

—Oh, gracias a Dios. —Me presioné la frente y las mejillas con la mano, que actuó como un bálsamo fresco para aliviar el calor—. Eso habría sido horrible.

—Voy a intentar no ofenderme —dijo ChanYeol con frialdad.

—Ya sabes a qué me refiero. JongDae nos asesinaría, nos resucitaría para que limpiásemos el desastre y nos volvería a asesinar. Tampoco es que quiera acostarme contigo, de todas formas. —Mentiroso, susurró la insufrible vocecita dentro de mi cabeza—. No eres mi tipo.

ChanYeol entornó los ojos.

—¿No? ¿Y cuál es tu tipo, si se puede saber?

Era demasiado temprano para eso.

—Eh... —Traté de pensar una respuesta segura—. ¿Ian Somerhalder?

Se le escapó una risa burlona.

Torcido 1 | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora