Capítulo 14

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BaekHyun

Estaba furioso.

Le hacía sentir vivo, latir con fuerza. Una mano aferrada al volante, los nudillos blancos, y la otra en la palanca de cambios, abriéndose y cerrándose como si quisiera estrangular a alguien. El resplandor de las farolas le iluminaba la perfilada estructura de la cara mientras acelerábamos por las calles oscuras, y se iba suavizando la tensión en su boca y en sus cejas.

Cuando le conté el incidente con Jaehyun en la puerta de La Cripta, casi me desintegro de la fuerza de su furia.

—Estoy bien —dije, abrazándome el cuerpo con los brazos. Mi voz sonó áspera e insegura—. De verdad.

Eso solo le hizo ponerse más furioso aún.

—Si fueras a clase de krav magá como te dije, no te habría acorralado así. —La voz de ChanYeol era suave. Letal. Me acordé de su expresión cuando le partió la cara a Jaehyun, y me recorrió un escalofrío por la espalda. No tenía miedo de que ChanYeol me hiciera daño, pero ver toda aquella fuerza desbocada era inquietante—. Tienes que aprender a defenderte. Como te pase algo...

—Me he defendido perfectamente. —Apreté los labios. No había visto a Jaehyun en la gala, pero la sala estaba tan llena que me habría sido imposible distinguirlo entre la gente. KyungSoo me había conseguido colar en la fiesta para poder contactar con exalumnos que hubieran recibido la beca World Youth Photography en años anteriores. Había podido hablar un rato con ellos, pero cuando me cansé de la charla vacía con el resto de los asistentes a la gala y estaba a punto de irme, Jaehyun me acorraló en el ropero.

También esa noche estaba drogado. Lo había visto en sus pupilas dilatadas y en su energía desbordada. Nunca había consumido drogas cuando estábamos juntos, que yo supiera, pero fuera lo que fuese lo que se metía, le hacía oscilar entre arrebatos de rabia y de tristeza.

Pero a pesar de lo que había hecho y de lo que había dicho, no podía evitar sentir lástima por él.

—Esta vez sí —dijo ChanYeol con la mandíbula tensa—. Pero ¿quién sabe lo que puede pasar la próxima vez que estés solo?

Abrí la boca para contestar, pero antes de que me salieran las palabras, el cerebro se me inundó de imágenes y sonidos que me dejaron mudo.


*


Lancé una piedra al lago y me reí al observar las ondas que se multiplicaban sobre la lisa superficie.

El lago era mi zona favorita del jardín. Teníamos un muelle que terminaba en medio del agua, y en verano JongDae se tiraba en bomba desde allí mientras papá pescaba, mamá leía revistas y yo lanzaba piedras. JongDae siempre se burlaba de que no sabía nadar, y mucho menos tirarme en bomba.

Pero algún día lo haría. Mamá me había apuntado a clases de natación, y sería la mejor nadadora del mundo. Mejor que JongDae, que se creía el primero en todo.

Ya lo vería.

Hice una mueca triste. Ya no habría más veranos en el lago, los cuatro juntos. No desde que papá se había ido y se había llevado a JongDae con él.

Los echaba de menos. A veces me sentía solo, especialmente desde que mamá no jugaba conmigo como antes. Lo único que hacía era gritar al teléfono y llorar. A veces se sentaba en la cocina y se quedaba mirando al vacío.

Me ponía triste. Intentaba animarla haciéndole dibujos e incluso le regalé a Bethany, mi mejor muñeca, para que jugara, pero no funcionó. Seguía llorando.

Torcido 1 | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora