Capítulo 15

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BaekHyun

Durante días le di mil vueltas a si la sesión con ChanYeol debía ser en un estudio o al aire libre.

Me tomaba las sesiones con mucha seriedad, pero esta era diferente. Más íntima. Más... decisiva, como si tuviera el poder de cambiar algo en mí, y no solo porque quizás lo incluyera en el porfolio de la solicitud de la beca World Youth Photography.

Tendría a Park ChanYeol solo para mí durante dos horas, y no quería desperdiciar ni un solo segundo.

Al final decidí hacerle fotos de estudio. Alquilé el espacio de la facultad de fotografía de la universidad y esperé a que llegara, con el pulso desbocado.

Estaba más nervioso de lo debido, pero quizás tenía que ver con el sueño salvajemente inadecuado que había tenido la noche anterior. El sueño me incluía a mí y a ChanYeol en posiciones que dejarían boquiabierto a cualquier acróbata.

Incluso ahora me ruborizaba al recordarlo.

Para mantener a raya las imágenes eróticas no solicitadas, me puse a trastear con la cámara y a mirar por la ventana, donde se empezaban a atisbar los primeros retazos del otoño en los árboles y las hojas se arremolinaban perezosamente a cada golpe de viento. El aire era de un fuego rojo, amarillo, naranja. Un marcador físico de la transición de los felices días del verano a la belleza helada del invierno.

Era septiembre, pero soplaba un viento distinto en un remolino deliciosamente especiado y seductor.

ChanYeol entró en la sala, con su figura ágil y poderosa enfundada en un conjunto totalmente negro: abrigo negro, pantalón negro, zapatos negros, guantes de cuero negro. Todo contrastaba con la pálida belleza de su cara.

Apreté los dedos sobre la cámara. Mi alma creativa empezó a salivar, desesperada por capturar aquel misterio y desnudarlo sobre el papel.

Había descubierto que las personas más calladas y reservadas solían ser los mejores modelos de fotografía, porque el ejercicio no requería hablar; solamente sentir. Aquellos que todos los días se guardaban para sí mismos sus emociones sentían y amaban con mayor intensidad; y los mejores fotógrafos eran aquellos capaces de captar cada gota de emoción que emergía y transformarla en algo visceral y emocionante. Universal.

ChanYeol y yo no nos saludamos. No hubo más palabras más allá de un breve gesto.

En lugar de eso, el aire emanaba silencio mientras se quitaba el abrigo y los guantes. No era un gesto sexual, pero es que todo en él era sexual. La forma en que sus dedos hábiles desabrochaban cada uno de sus botones sin pausa ni duda alguna; la forma en que sus hombros y sus brazos se doblaban bajo la camisa mientras colgaba el abrigo en el gancho de la puerta; la forma en que se movía hacia mí como una pantera acechando a su presa, con los ojos brillantes de sofocante intensidad.

Miles de mariposas se me revolvieron en el estómago y me hicieron apretar aún más fuerte la cámara de fotos, mientras trataba de no echarme atrás ni ponerme a temblar. Un calor líquido se me acumuló en el estómago, y cada centímetro de mi cuerpo se convirtió en una terminación nerviosa hipersensible que latía de excitación.

No me había ni tocado, y ya estaba tan excitado que me puse a temblar. No sabía que eso era posible más allá de las novelas románticas o las películas.

Sus ojos emitieron un destello, como si supiera exactamente lo que me estaba provocando. La dureza de mis pezones debajo del grueso jersey, la humedad de mi entrepierna. Las ganas que tenía de devorarlo, de derramarme entre las grietas de su alma para que no estuviera solo nunca más.

—¿Dónde me quieres? —Su voz sonó rasgada por primera vez desde que lo conocí, transformando su tono claro y autoritario en algo más oscuro. Más pecaminoso.

Torcido 1 | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora