Capítulo 40

91 18 3
                                    

ChanYeol

Dos meses y medio después

—Tienes un aspecto horrible. —Ralph se sentó en la silla frente a mí y me examinó cuidadosamente—. ¿No has oído hablar del cuidado de la piel?

No aparté la vista de la pantalla.

—¡Carolina!

La puerta de mi despacho se abrió de pronto y mi secretaria asomó la cabeza.

—¿Sí, señor Park?

—¿Cómo cojones ha entrado este aquí? —Señalé a Ralph.

—Está en su lista de visitas que no necesitan concertar cita.

—Quítale de la lista.

—Sí, señor. —Carolina dudó—. ¿Quiere que...?

—Puedes retirarte.

Se esfumó en un segundo. No la culpaba. Había estado de un humor de perros durante meses, y ya sabía que era mejor apartarse de mi vista.

Ralph levantó las cejas.

—Alguien se ha levantado gruñón.

—¿No tienes un negocio que mantener? —Salí de la ventana de la hoja de cálculo que había estado mirando y me incliné hacia atrás, con el estómago retorcido de irritación. Hoy no tenía tiempo para tonterías. Casi no tenía tiempo ni para comer.

Desde que había asumido el cargo de director ejecutivo, las acciones de la empresa habían subido como la espuma. Probablemente porque trabajaba sin parar, más de lo que nunca había trabajado. Apenas salía de mi despacho. El trabajo me mantenía ocupado, y la ocupación era buena.

—Ah, sobre eso... —Se frotó la nuca—. Quería decírtelo en persona.

—Sea lo que sea, dímelo rápido. Tengo una llamada con el vicepresidente en una hora. —Cogí el vaso de whisky y apuré todo el Macallan.

Sí, solo era mediodía. No, no me importaba una mierda.

—El vicepresidente... —Ralph agitó la cabeza—. Da igual, no quiero saberlo. Pero ya que me preguntas, te lo cuento. Me voy a jubilar y me voy a mudar a Vermont.

—Muy gracioso.

—No estoy de broma. Me voy a jubilar y me voy a mudar a Vermont —repitió.

Me quedé mirándolo. Ralph me sostuvo la mirada, tranquilo.

—Me estás vacilando.

Ralph era uno de esos tíos a los que imaginaba trabajando hasta el último día de su vida, simplemente porque amaba su trabajo. Estaba muy orgulloso de haber convertido la academia de krav magá en el mejor centro de entrenamiento de la ciudad, y no había dado ni una sola pista de querer jubilarse hasta ahora.

—No. Llevo un tiempo pensándolo. Me encanta la academia de krav magá, pero ya no soy ningún pollito, y Missy y yo hemos ahorrado bastante para la jubilación. Además, la parienta lleva mucho tiempo queriendo salir del país. —Ralph tamborileó en el escritorio con los dedos—. Ella se crio en Vermont. Siempre ha querido volver.

Necesitaba otra copa.

—¿Qué coño pintas tú en Vermont?

—Y yo qué sé. Supongo que encontraré algún pasatiempo. —Ralph me dirigió una sonrisa de medio lado antes de añadir—: Sé que es muy repentino, pero hasta ayer no tomé la decisión. Quería contártelo a ti primero. No se lo digas a los demás alumnos, pero... tú siempre has sido mi mosca cojonera favorita.

Torcido 1 | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora