Capítulo 17

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Haru alfin se despertó y se levantó un poco de la cama, emitió un leve bostezo y miró a su alrededor y me vió sentado en una silla frente a la cama en la parte oscura, se sobreexaltó y dio un brinco casi cayéndose de la cama.

-Definitivamente me vas a matar de un infarto.

-No seas tan miedoso, ni que fuera tan feo.

-No es eso, ¡¿sabes lo que es levantarse de un buen sueño y ver a una persona frente a mi mirándome hasta lo más profundo de mi alma en plena oscuridad?!

No pude evitar dejar escapar una carcajada, me levanté y suavicé mi expresión, caminé y me acerqué sentándome a su lado.

-Bueno, bueno... Perdona por asustarte pequeñin.

-¡No soy pequeño, mido alrededor de 1,76, soy de una estatura promedio, ni que fuera un minion, tu eres muy alto y eso no es justo!- Exclamó señalandome con una mirada juzgadora mientras agarraba una almohada, casi como si estuviera listo para lanzarmela.

-No es mi culpa que mida 1,95 -Defendí, dando más leña al fuego, tal vez así logre ver las emociones de Haru a flor de piel y pueda copiarlas, tal vez no pueda expresar de forma genuina pero al menos cuando hable con otras personas no pareceré un robot.

-¡Ay, tonto!- Me arrojó la almohada y la atrape por reflejo, lo ví haciendo un berrinche y agarro mi rostro, tirando de mis mejillas -¡No te burles de mí, al menos tengo una altura considerable! -Gruñó como un cachorro indignado, me sacó la lengua mientras hacía un pequeño mohín, se alejó y se cruzó de brazos desviando la mirada.

-Bueno, disculpa... No te diré más "pequeñin", eres un hombrecito grande, todo un adulto -Mencioné con sarcasmo, la verdad era que veía a Haru como un niño pequeño que merecía ser cuidado por un hermano... Tal vez, una figura paternal.

-¡Bien! -Refunfuñó por unos segundos antes de que escuchara el sonido de un estómago gruñir, al parecer Haru ya tenía hambre- Ay, tengo hambre...

-¿Qué te gustaría comer, Haru?- Pregunté, ya estaba preparado para lo que pediría, alistando mi poder para darle una buena comida.

-No lo sé, lo que caiga, lo único que sé es que me muero de hambre y que podría comerme una ballena entera.

Chasqueé mis dedos y deje que apareciera una pequeña mesita al lado de la cama, habían dos platos, uno de Kare raisu y un Yakisoba acompañados de palillos chinos, una cuchara y una bebida, Haru apenas se dio cuenta, su mirada se iluminó y agarró rápidamente los palillos chinos para empezar a comer alegremente el yakisoba como si nunca se alimentara.

-No te embutas, te vas a llenar muy rápido, toma algo de tu bebida, te ayudará a bajar y no ahogarte.

Haru ya llevaba medio plato, tenía las mejillas rellenitas y algunas migajas por las comisuras de sus labios, al escucharme se avergonzó y tragó un sorbo de su bebida, cuando terminó el primer plato, chasqueé mis dedos e hice aparecer una servilleta y se la ofrecí a Haru.

-Gracias, Shiro... Y gracias por la comida.

-No hay problema, soy tu hermano y es mi deber alimentarte.

-¿No vas a comer nada?

-Recuerda que no estoy vivo, no como y no duermo.

-Si lo dices así... -Se mantuvo pensativo antes de extenderme su plato de Kare raisu- Pruebalo.

-No es necesario, no siento hambre.

-Anda, pruebalo, quiero que pruebes tu primera comida.

Suspiré y tome el plato de Kae raisu, agarré la cuchara y tome una porción de comida y la lleve a mi boca, mi expresión se iluminó y seguí probando rápidamente, Haru al verme no pudo evitar reír.

-¿Lo ves? La comida es muy deliciosa, anda, puedes probar todo lo que quieras -Me dio palmaditas en la espalda y me ofreció de su bebida.

-Bebe un poco, no querrás ahogarte.

Asentí y tome la bebida y tome un pequeño sorbo mientras seguía comiendo, con las mejillas rellenitas.

-La próxima haré que pruebes ramen, es de las comidas que más me gustan.

-Claro, no pensé que la comida sería tan deliciosa, me gustó mucho.

-Pues claro, la próxima no uses tu poder tan seguido, si quieres aprender a vivir como un humano tienes que hacer las cosas al estilo humano.

-¿Mmm, en serio? Está bien, lo tendré en cuenta.

Cuando ambos acabamos de comer, Haru fue a ducharse, cuando salió y fue a cambiarse, aproveche y fui a darme una ducha también, el agua era fría y fresca, suspiré tranquilamente, cepille mis dientes y me enjuagué, me sequé con mi toalla y aproveche para cambiarme, Haru tenía una camisa blanca y unos pantalones anchos beige, mientras tanto, yo me puse una camisa gris y una sudadera azul marino.

¿Verdaderamente lograré sentirme humano? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora