La noche empezaba a aparecer, el sol se ocultaba y la luna aparecía, las estrellas adornaban, haciendo compañia...
Estaba caminando junto a Haru y Akane, a ambos abrigandolos con mis alas, protegiéndolos del frío mientras a ambos les acariciaba la cabeza, podía verlos más tranquilos a pesar de la situación anterior.
-Bueno, supongo que vivirás con nosotros, Akane -Respondí casualmente, caminando mientras nos acercabamos a casa.
-¿E-eh? Ya me diste la oportunidad de redimirme, no tienes que brindarme nada más... -Ella bajó la mirada, parecía avergonzada y bastante apenada.
-No importa, tengo que vigilarte de todas formas.
-¿Qué? ¿Y eso por qué?
-Sigues siendo un demonio, no es tan sencillo confiar, apenas demuestres cambios y comportamientos que demuestren traición hacía tu palabra, te eliminaré.
-Shiro, no seas tan estricto con ella, ya dijo que quería redimirse pero no va a ser fácil, estuvo viviendo una vida que no la trato bien y estuvo viviendo a partir de cosas malas hasta volverse un demonio.
-Sé que no es fácil, por eso debo exigir, si ella no se exige por mejorar, no habrán resultados, de nada serviría pedir cambiar para ser mejor persona sin siquiera tener la fuerza de voluntad para hacer algún cambio, solo sería una petición vacía.
-Haru, Shiro tiene razón... Aunque haya vivido una vida que no fue buena, no puedo permitir repetir el mismo error, no va a ser fácil y voy a tener que exigirme para lograr ese cambio.
Suspiré y llegamos a casa, al fin estamos en nuestro pequeño hogar, volví a optar mi apariencia humana, dejé que ambos entraran a casa, me encargué de dejar todo lo que fueron las compras y las fui desempacando, guardé algunas prendas y alimentos que usaría para hacer la cena.
-Puedes sentirte en casa Akane, puedes conversar con Haru para que se conozcan, mientras tanto haré la cena.
-¿Puedes comer? -Akane preguntó con curiosidad -Pensaba que al ser almas no sentían necesidad de comer o dormir.
-No, no siento esa necesidad, pero la comida es muy deliciosa y sería un desperdicio no probarla.
-Mmm bueno, como digas.
-Akane se sentó en el sofá seguida de Haru que se sentó a su lado, éste último volteó a verla y la miró con curiosidad antes de acercarse a ella y jugar con su cabello.
-¡Tienes un cabello bonito! -Mencionó con una sonrisa mientras comenzaba a trenzar su cabello.
-Je, gracias Haru, me gusta cuidarlo mucho para siempre verme bien.
-Pues me alegra mucho saberlo, me gusta tu cabello largo, es como un antiestrés porque puedo peinarlo.
-Eres como un niño pequeño, ¿lo sabías? -Respondió con una sonrisa burlona.
-Si, Shiro piensa mucho que soy un niño y aveces me trata como tal, es un buen chico.
-¿Qué es Shiro para tí, Haru?
-¡Sin duda es como una figura paterna para mí y como mi hermano mayor, me cuida y está al tanto de mí, aunque se vea muy serio o seco es un chico que quiere aprender a sentir emociones y vivir como un humano!- Parecía tan alegre cuando hablaba de mí que sentía algo de calidez surgir en el centro de mi pecho, podía escucharlos desde donde estaba, mientras cocinaba en silencio.
-Le debes tener mucho cariño, pero... ¿Verdaderamente lo es, es verdad que es tu hermano?
-Bueno... No lo es de sangre, sinceramente yo vivía en una familia en la que nisiquiera era querido, donde pensé que estaba perdido hasta que llegó él a mi vida y me salvó, me vió como un cachorro perdido y me acogió cuando fui expulsado de mi casa, me di cuenta que aún tenía una razón para vivir... Que a pesar de no ser familia de sangre, no es necesario, las personas que verdaderamente nos quieren y hacen lo que sea para vernos felices... Son familia.
Akane suavizó su expresión, no encontrándome tan frío y estoico como pensaba, pudo descubrir que a pesar de que yo no poseía sentimientos pudo notar como tenía el impulso de ayudar a los demás.
-¡Niños, ya está la comida! -Me acerqué a ellos con una bandeja llena de platos de comida, había okonomiyaki, dorayakis, Takoyakis, sushi y ramen y los dejé en la mesa.
-¡No somos niños! -Dijeron al unísono con un puchero, pero al ver la comida rápidamente tomaron algunos de los platos y fueron arrasando con ellos.
-Claro y yo soy un tipo que acoge a niños como si fueran gatitos diciéndome "De este color no tengo"-Respondí con sarcasmo, tomé un plato de comida y empecé a comer en silencio.
-En realidad si eres, tienes vibra de papá luchón -Respondió Akane con una risita seguida de Haru que tenía una expresión divertida en su rostro.
-¿Ahora son mis hijos o algo?
-Posiblemente, nos adoptaste sin querer.
-Oh, bueno... Supongo que es algo parecido- Me mantuve pensativo por unos momentos, me tocó ser figura paterna sin darme cuenta y ahora tengo a dos chiquillos a mi cargo -Terminen de comer y vayan a darse una ducha y no olviden cepillar sus dientes.
-¡Si, papá! -Ambos respondieron con sarcasmo pero con algo de cariño en sus voces, a lo que yo sólo suavicé mi mirada y pude volver a sentir ese sentimiento de calidez en mi pecho.
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¿Verdaderamente lograré sentirme humano?
عشوائيEn está historia se narra la vida de un Arcángel que según el mandato de Dios, le encargó ir a la tierra y comprender las emociones y sentimientos humanos... ¿podrá verdaderamente sentir como los demás humanos? Quien sabe. Todo lo que se escriba en...