Podía sentir esa asquerosa presencia, ese terrible aroma a carne podrida y azufre... Mi mirada se endureció y caminé de la mano de Haru hasta que ambos llegáramos a un campo cerrado, donde deje de hacerme visible ante los ojos humanos siendo solo visible para Haru, mis alas brotaron de mi espalda dañando mi ropa, hice aparecer mi espada celestial y desvíe mi mirada, había una persona frente a mí, una mujer... Tenía una sonrisa cínica, la fulminé con la mirada.
-¿Qué hace una mujer aquí? -Mí voz sonó fría y áspera.
-Solo pasando el rato, caballero- Caminó acercándose a mí, con una sonrisa en sus labios, tenía una apariencia atractiva pero sombría, su cabellera larga de un color pelirrojo como el vino, sus ojos de un color ónix, su piel pálida, noté que era un demonio, reconocía muy bien ese detestable olor.
Haru me miraba con una expresión preocupada, el también se había dado cuenta.
-Parece que viniste directo a mí... Demonio.
-Oh... De verdad que te hace falta modales querido, soy Akane...
-Me da igual tu nombre- La apunté con el arma directamente a su cuello y ella empezó a reír en un tono bajo, observó a Haru y se fue acercando a él, de no ser porque me puse enfrente de Haru y la aparté de él.
-No te atrevas a tocar a mi hermano.
-Ugh, no eres divertido, muchacho, ¿por qué no te relajas un poco? Disfruta de la compañia, te haré pasar un buen rato- de repente pude notar un cambio en el ambiente, donde el alrededor fue oscureciendo, pude notar como un par de espinas empezaron a envolverme, gruñí en voz baja antes de rápidamente empuñar mi espada celestial y cortar las espinas, la demonio rápidamente dio un salto para alejarse y empezó a crear escenas en donde yo podría fallar donde las ignoré por completo, pero Haru no pudo y parecía asustado... Estaba tratando de distraerme de eliminarla, pero... No podía dejar a Haru, no iba a dejarlo, ágilmente corté aquellas espinas que rodeaban a Haru y lo abracé con fuerza.
-Ya, ya... Tranquilo, tu hermano está aquí... - Susurré abrazandolo con fuerza, permitiendo que se aferrara a mí.
-Hermano, tengo miedo... - Pude escucharlo con una voz temblorosa, aferrándose a mí buscando confort, acaricié su cabello y le di palmaditas en su espalda.
-No va a lastimarte, no lo voy a permitir.
-Oh... Que conmovedor... ¿Quieren que llore? -La voz de ella empezaba a irritarme, estaba empezando a sentir la emoción de ira, chasqueé mis dedos y levanté a aquella mujer, donde con aquella fuerza celestial la estampé contra una pared, empezando a ahogarla, me separé lentamente de Haru y me acerqué a ella, clavé mi espada celestial en su costado, una zona no vital pero que provocaba una hemorragia.
-¡Agh, imbécil! ¿¡Crees que con tu pequeña magia vas a ganarme!? ¡Sin tus poderes no eres nadie, vas a fracasar y nunca podrás sentirte como un humano, eres un maldito monstruo! -Mencionó con una sonrisa, pude notar la ira, el odio y el resentimiento brotar de ella.
-Sé que soy un monstruo, que no poseo emociones ni sentimientos, no soy normal y eso lo sé perfectamente, no necesito encajar, sé que puedo fallar y eso me da sinceramente lo mismo, solo porque trates de hacerme sentir miserable ¿tengo que serlo? Claro que no.
¿Qué más me vas a decir? ¿Qué la vida no es justa, es dura y qué solo vivimos para sufrir? Ya me sé todo ese cuento, ya lo he escuchado de cientos de personas.
-Dios no va a ayudarte, ¡el no está aquí!
-¡Dios siempre está y permanece en cada ser humano y en mi!
-¡Nunca estuvo para mí, me abandono, ¡¿Donde estaba él cuando me tocaron, cuando me arrebataron el alma?! ¿¡Donde estaba él cuando asesinos entraron a mí casa y masacraron a mí familia!? ¡Me arrebataron todo lo que amaba y no quedó nada! -Gritó, empezaba a desarrollar lágrimas en sus ojos, me agarró del dobladillo de mí camisa, estaba enojada pero vi más allá de eso, pude ver la tristeza en sus ojos.
-Escuchame entonces... Si bien estoy seguro de algo... Conozco muy bien cuando de repente arrebata todo lo que amamos, no es porque quisiera abandonarte, cuando se menciona en el libro, donde hablan de Job, donde era fiel a Dios pero de repente le arrebató todo... Donde decía que si tenía la oportunidad de volver a la vida después de la muerte preferiría estar muerto, que por qué le sucedía esto... Después de una gran tormenta vendrá el florecimiento de las flores... Pero ¿Tú te aferraste a él a pesar de todo? ¿Qué a pesar de haberlo perdido todo, recordaste que lo tenias a él?
-¿¡cómo iba a saberlo!? ¡Era solo una joven! - Sus lágrimas brotaron desefrenadamente, tenía una mirada desolada... La analicé y en vez de percibir algún engaño, solo vi... A una joven vulnerable.
-Akane... Escuchame, Así es la ruleta de vida, él pone las reglas pero nosotros somos los que elegimos que hacer... Te dejaste llevar por el alcohol... Drogas y llegar incluso a volverte una asesina... Pero quiero que sepas una cosa... Dios siempre te amó aunque no lo creas... ¿Sabes cuantas veces intento llamarte y simplemente ignoraste? ¿Sabes cuantas veces tocó la puerta de tu corazón pero no hubo respuesta?
La vi quebrarse y caer en llanto, la ví pasar por una crísis nerviosa, recibí una orden que decía que debía ayudarla, era la voz de mí maestro, me acerqué a ella y la abracé con fuerza, mis alas rodeandola con gentileza.
-¡Solo mátame de una vez! Ya no quiero... Ya no quiero sentirme así...
Posé mí mano sobre su pecho, podía sentir los latidos de su corazón, ella me miró y solo se aferró a mí, pude ver a una joven devastada, se aferraba a mí con fuerza, levantó la mirada y me miraba esperanzada, le dí palmaditas en la cabeza.
-¿P-por qué? ¿Por qué eres gentil conmigo? Soy un demonio, debes matarme... Solo hazlo.
-No voy a matarte, tu comportamiento no es digno de un demonio, todo demonio es aquel que pierde su humanidad y pocas veces se redime, tu aún conservas tu humanidad a pesar de lo que viviste y cometíste.
-Me arrepiento... Me arrepiento de todo... No debí alejarme.
-¿Sabes por qué lo sé? -Mí voz sonó gentil mientras apartaba sus mechones de cabello y los dejaba detrás de su oreja.
-¿por qué estás tan seguro de que Dios seguía ahí?
-Extendí mí mano, donde una luz empezaba a ejercerse, donde empezó a proyectar todas aquellas veces que Dios obraba por ella y se preocupaba, siempre la veía descansar y cuando la veía tener pesadillas se preocupaba, siempre se mantenía al tanto de ella y cuando la llamaba, no hubo respuesta, simplemente la vió alejarse de él y sumergirse en la oscuridad, ella al notarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas y bajó la mirada.
-Fui tan ciega, me dejé cegar por mi rencor y odio que no me di cuenta...
-Tranquila, a todo ser humano le sucede, Haru casi caía en la oscuridad...- Señalé a Haru, que se acercó a mí y se mantuvo a mí lado, observó que la chica y le dió palmaditas en la cabeza mientras le sonreía.
-Si, es cierto, todas las personas sufrimos y somos puestas a prueba... No es porque Dios le guste vernos sufrir, quiere vernos siendo capaces de afrontar las adversidades, es difícil, pero no hay que perder la fé... Sé que el me anima desde el cielo -La voz de Haru era gentil y dulce, miró a la chica y le sonrió suavemente.
-Muchacho... -Ella volteo a verme y suavizó su expresión- ¿C-cree que pueda redimirme?- Susurró con ligera vergüenza, sin mirarme a los ojos.
-Mírame, no te escondas -La tomé de la mejilla y la pellizqué suavemente- Puedes redimirte, pero no será fácil, tienes que ser una buena persona a partir de ahora, nada de caer ante las tentaciones y si te ves tentada, piensa en la forma que Dios te recibirá con los brazos abiertos en el cielo.
-Está bien... Lo intentaré... ¿Puedo saber el nombre de ambos al menos?
-¡Yo soy Haru! -Le sonrió alegremente haciendo una leve reverencia.
-Soy Shiro -Respondí en un tono bajo y profundo, mí expresión siendo la misma neutral de siempre, pero está vez mi mirada era gentil y suave.
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¿Verdaderamente lograré sentirme humano?
RastgeleEn está historia se narra la vida de un Arcángel que según el mandato de Dios, le encargó ir a la tierra y comprender las emociones y sentimientos humanos... ¿podrá verdaderamente sentir como los demás humanos? Quien sabe. Todo lo que se escriba en...