Amanecí al día siguiente, preparado de comenzar una vida normal frente a los demás pero siguiendo mi trabajo de arcángel cuando nadie más viera, tenía mi nuevo uniforme, una camisa blanca, corbata roja con franjas azules, un chaleco con el logo en la zona del pecho inclinado a la izquierda de un color azul marino al igual que los pantalones y zapatos negros, salí de casa y caminé por las calles hasta llegar a la universidad de Tokio, miraba a mi alrededor y notaba a algunas personas mirándome, tal vez nunca habían visto a alguien albino con ojos peculiares, pensé.
-Supongo que es aquí... Es un lugar bastante grande -Mencioné con una entonación baja y una expresión neutral, como siempre, sentía miradas de chicos que murmuraban entre ellos al igual con las chicas, al parecer, ya notaron que era un nuevo alumno.
Me adentré al lugar y transité por la institución, buscando mi aula de clases, vagaba por los pasillos hasta llegar a mi salón, entré sin más y me puse enfrente de todos los demás alumnos, mi docente era una maestra que tenía un semblante sonriente, el cabello recogido en una cola alta, su uniforme bien portado y planchado, con con un leve maquillaje adornando su rostro, la miré por unos segundos antes de desviar mi mirada y examinar a los estudiantes, después de escanearlos hice una leve reverencia antes de hablar con un tono profundo.
-Mi nombre es Shiro Nakagami, un placer poder estudiar junto a ustedes, daré lo mejor para convivir en una sana convivencia -Levanté la vista, mis ojos dorados apreciando la mirada alegre de la mayoría de los estudiantes, noté que uno me miraba en particular, era una chica, de cabellera larga y azabache, sus ojos azules mirándome con notoria curiosidad.
-¿Eres sordo? -Preguntó mientras señalaba mis audífonos, suavicé mi expresión y asentí cuidadosamente mientras me enderezaba.
-En efecto, pero gracias a estos audífonos puedo escucharlos, si no llego a tenerlos puedo comunicarme en lenguaje de señas o por escrito.
-Interesante... ¿Se permite saber el como perdió la audición? -Aparte de ella, también pude notar la obvia curiosidad que emanaba de los demás estudiantes ante la pregunta de la joven.
-Fue por un accidente, pero no me siento cómodo hablando de eso- Espeté con fingida tristeza, no iba a mencionar verdaderamente el hecho del porqué lo soy, ya que era algo que cuando alguna vez estaba vivo, actualmente no recordaba.
-Debió ser traumático si no quieres hablar de eso.
-Si... Lo fue.
Y con eso, los comentarios finalizaron y la clase empezó, me traslade hacía un asiento vacío, al lado de un chico con cabello pelirrojo, ojos ámbar, pecas adornando sus mejillas y al parecer, tenía vitíligo, manchas más claras que su propia piel, me daba cierta curiosidad ya que su mirada era triste, casi vacía como la mía.
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¿Verdaderamente lograré sentirme humano?
De TodoEn está historia se narra la vida de un Arcángel que según el mandato de Dios, le encargó ir a la tierra y comprender las emociones y sentimientos humanos... ¿podrá verdaderamente sentir como los demás humanos? Quien sabe. Todo lo que se escriba en...