-¿Que acabas de decir?-. Le pregunté.
-Solo dije que me parecías simpática, nada del otro mundo-. Me dijo algo nervioso.
-¿Ok?-. Le respondí.
-Sigamos con el trabajo ¿ok?-. Me respondió para cambiar rápidamente el tema.
Terminamos casi todo el trabajo, solo faltaban unos detalles que terminaríamos en el salón al otro día, al final Sebastian se fue a su casa.
Al día siguiente mi teléfono no paraba de timbrar, era mi hermano. Me estaba intentando despertar, me había quedado dormida.
Conteste el teléfono de mala gana.
-¡¿Por que me llamas tanto?!-Le grite.
-Cat!! ¿Ya viste la hora?, ¡En veinte minutos sierran la puerta del colegio!-. Me grito muy fuerte.
-¡!Aahh!!, por un día que falte no me va a pasar nada-. Lo regañe.
-¡Catalina! ¿Ya lo olvidaste? Hoy es la presentación del trabajo!! ¡¡Sabes que esa nota es importante!! !No se puede remplazar por nada!-. Me grito tan fuerte que me termino de despertar.
-!!Car@jo!! Ni siquiera terminamos el trabajo. Dile a Sebastián que vaya avanzado lo que falta, que ya estoy llendo para aya-. Le dije a mi hermano.
-Ok, ok. !!APURATE!!- Me respondió.
Colgué el teléfono y me apure en ponerme el uniforme, no me dio tiempo ni de desayunar.
Llegue al colegio tres minutos antes de que serraran la puerta. En ese momento me di cuenta de que me había olvidado mi corbata.
El profesor de la puerta hacia que los alumnos corrieran al rededor de la cancha de fútbol si no tenia el uniforme completo. Y aparte el profesor de matemáticas no dejaba entrar a nadie si llegaba tarde. ¡¡Justo tenía que tocar mate a primera hora!!
En ese momento sentía una mano en mi hombro, era Missael.
-Toma mi corbata, apúrate-. Me dijo.
Me acomodo su corbata, me tomo del brazo y me llevo a la entrada de la puerta.
Todo paso tan rápido que no me dio tiempo de procesar lo sucedido.
Llegamos con el tiempo justo. Pero el profesor vio a Missael sin corbata y lo puso a correr al rededor de la cancha de fútbol.
Missael me señalaba con los ojos que me dirigiera rápido al salón.
-Pero¿que pasaría con él?-. Pensaba mientras debatía entre dirigirme al salón o no!!
-Señoríta, vaya a su salón por favor-. Me dijo el profesor.
No tuve más remedio que dirigirme al salón.
-¡Cataliana llegaste!-. Me dijo Sebastián.-Me déjaste con el trabajo solo-.
-Discúlpame, se me pegaron las sábanas-. Pero ya estoy aquí-. Le respondí.
En ese momento llego el profesor de Matemáticas y me percate de la cara de Lukas al ver que Missael no se aparecia por ningún lado.
Tenía que ayudarlo de alguna manera, era culpa mía que él no haya llegado al salón.
Tenía que pensar en como podría ayudarlo a llegar sin que el profesor se diera cuenta.
Missael era el último de su columna, a si que tenía que lograr que entrara al salón sin que el profesor lo notara.
Mientas pensaba cómo ayudarlo nos tocó salir a exponer a Sebastián y a mi.
Cuando estaba explicando mi exposición vi a Missael asomarse por la ventana del salón y cómo se escondió rápidamente cuando el profesor puso su mirada hacia dicha ventana. Felizmente no lo descubrió.
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¿Quién es ella?
Romanceuna misteriosa chica llega a un colegio, nadie sabe de donde viene, pero su llegada dará una vuelta de 360 grados a la vida de los chicos más conocidos del lugar.