La amistad que no esperaba (pt2)

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-Te cuento en el camino-. Dije.-Ayudame a llevar a Joseph a la enfermería-.

-Ok, ok. te ayudo-.

Fuimos a la enfermería, y luego al regresar al salón las clases empezaron con normalidad.

(Pausa de la historia de Joseph y Missael)

*Tiempo actual*

-Perdón por interrumpir tu historia, ¿Te agarraste a golpes con Daniel? Había es escuchado algo de eso, ¿Pero así de fuerte fue?.-Mencioné.

-Ehhh... si. Tengo algunos ataques de ira, pero puedo controlarla. No obstante, si veo algo que me molesta demaciado, es muy difícil contenerme-. Mencionó Missael.

-¿Sentiste eso cuándo te peleaste con Sebastián?-. Pregunté.

-Si...-. Dijo Missael con la cabeza agachada.

-¿Recuerdas que hoy en el salón te hice jurar que no volverias a pelar con nadie?-. Dije.

-Si. Lo recuerdo-. Mencionó Missael.

-Olvida eso-. Respondí.-Solo quiero que me prometas controlar tu ira-.

-¿No querrás decir que te garantice no volver a pelear?-. Preguntó.

-Te dije que olvidaras eso. Me dijiste que aunque no muy seguido, te dejas llevar por tus emociones y pierdes la calma, ocurrio a se poco y seguira ocurriendo en el futuro. Eso merece una ayuda externa y no una promesa. Pero si juras esforzarte por mantener la compostura, tendré la certeza de que al menos estarás haciendo un esfuerzo por cambiar.

-Ok. Te lo prometo-. Respondió, mientras me daba un beso en la mejilla.

-Oye, una duda. ¿Cómo es que conseguiste esos videos?-. Pregunté.

-Me los dio Sebastián, se los robó a un amigo de Daniel-. Dijo Missael.-Sebastián y Daniel se conocían desde niños, sus padres eran amigos, pero nunca realmente se llevaron bien. Sebastián era como el observador del grupo, nunca participaba en las agresiones, pero tampoco las denunciaba, probablemente por miedo a represalias.

-Escuché que antes eran cercanos, pero que algo los separó. Ahora entiendo lo que pasó-. Dije.-Siguemé contando la historia, se puso interesante.

-Ok, ok. Continuemos-. Dijo Missael.

*continuación del relato de Missael*

El la hora de receso me acerqué a Joseph para hablar.

-No debiste meterte-. Dijo Joseph.

-¿Por qué?-. Dije.-¿Qué me va a pasar? Mientras no me mate todo bien-.

-No entiendes nada. Me voy, si Daniel te ve junto a mi, te agarrara de presa-.

En ese momento, Joseph se paró y se fue para separarse de mí, pero yo también me puse de pie y empecé a seguirlo.

-¡Deja de segirme! ¡Van a empezar a decir cosas malas de ti!-. Gritó Joseph.

-¿Qué? ¿Ahora ya no se puede caminar libremente? No te estoy siguiendo-. Respondí.

Joseph empezó a correr, y yo hice lo mismo detrás de él.

-¡Ya deja de seguirme!-. Volvió a gritar Joseph.

-Que no te estoy siguiendo, estoy haciendo ejercicio-.

-¿Encerio? ¡No te creo nada!-. Dijo Joseph.

-A mi que me importa-. Mencioné.

-Si te sigues acercando a mi, los demás pensaran que tenemos algo-. Mencionó.

-¿Algo como que? Si no te has percatado, ya piensan cosas raras de nosotros. Le estamos dando como cinco vueltas al patio, diran que estamos locos-. Dije.- ¿Puedes dejar de correr?-.

-No, hasta que dejes de perseguirme-. Dijo Joseph.-Te verán raro como a mi-.

-¿Y por qué te miran raro?-. Pregunté.

-¡Por qué soy gay!-.

-A que bueno, yo soy heterosexual-. Dije.

-¿Yo por que querría saber eso?-. Preguntó.

-No lo sé, dime. Fuiste tú quién sacó el tema de las orientaciones sexuales-. Respondí.- ¿Es una nueva forma de presentarse? ¡DEJA DE CORRER!-.

Joseph por fin se detuvo al igual que yo y hubo un silencio incómodo por un momento. Se me ocurrió decir una tontería para romper el hielo.

-Ay ay ay..., jamas había hecho tanto ejercicio, ni en Educación Física corria así. ¿Quieres ir por agua?-. Pregunté.

-Pfffff...Ok, vamos-. Respondió.

¿Quién es ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora