ALFA (Rivari)

VI

Eran alrededor de las 4 de la tarde y a la hermosa Alfa se le había antojado tomar un frappé de fresa, así que se subió a su auto y condujo un par de minutos hasta una pequeña cafetería que estaba cerca de su universidad, aunque conocia aquel lugar desde hacía un par de meses nunca había entrado hasta hoy.

Al llegar estaciono el auto, se bajó y camino hasta la entrada, la pequeña
campana indico que un nueva clienta había llegado así que la preciosa castaña que estaba en la caja registradora levanto la mirada y pudo ver cómo esa hermosa alfa que se había apoderado de sus sueños estás últimas noches entraba en el lugar.

- Señorita - La ojimarron dirigió la mirada hacia donde provenía la voz y cio a un chico rubio delante del mostrador con una sonrisa en su rostro - Vengo a pagar mi café - Dijo extendiendo un par de dólares hacia ella.

- Oh, por supuesto - Abril tomo los billetes, tecleo algo en la máquina y
con una sonrisa en su rostro le devolvió el cambio - Espero que haya disfrutado de nuestro servicio.

- Claro... Aquí todos son amables y sobre todo hermosas - Musito el chico perdido en el aroma y rostro de la castaña.

Por otro lado la rubia se había acercado tanto a ese par que pudo
escuchar y sentir como aquel alfa intentaba coquetar con esa chica
haciendo que el lobo de su interior gruñera, así que sin pensarlo dos veces se acercó hasta ellos.

- Si ya pagaste, lárgate de aquí que hay más personas esperando - Dijo
Samantha algo molesta, pero todo aquello era una vil mentira puesto que solo estaba Samantha y un par de chicas más que estaban sentadas enfrente del ventanal.

- ¿Disculpa? - El rubio se dió la vuelta enfrentando a la rubia.

- Creo que fui clara cuando dije que te fueras - Escupió usando su voz de mando haciendo que el pobre chico abriera grande sus ojos, se hiciera
pis en sus pantalones y se fuera corriendo de aquel lugar - Como odio a estos alfas.

- Yo... y... t... - La ojimarron no podía formular ninguna frase coherente
delante de su alfa.

- ¿Sabes qué? Ya se me quitaron las ganas de tomar el frappé, mejor me voy de aquí - Exclamó saliendo del lugar dando un fuerte portazo que hizo tambalear un poco los vidrios de la pequeña cafetería.