XXI

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Después de ese día la alfa había cambiado su actitud por completo, dejo de ir a fiestas, no tomaba, no se metía en peleas, no se liaba con ninguna mujer, lo único que hacía era perseguir a la Omega como un cachorrito.

Abril había tenido que soportar a Samantha tocando la puerta de su casa a las seis de la mañana para llevarla a desayunar antes de ir al trabajo, sus constantes mensajes, llamadas, regalos e invitaciones a cenar. Era una mujer diferente a la que había conocido, y la castaña estaba más que encantada, le gustaba lo atenta y caballerosa que era.

- Te compre algo - Canturreo feliz la alfa haciendo que Abril detuviera su
paso y la mirara con el ceño fruncido.

- ¿Que te he dicho de estar comprándome cosas Samantha Rivera Treviño? - Susurro la ojimarron intentando parecer un poco enojada.

- Perdón Abi, es que no me pude resistir - Respondió algo nerviosa y
evitando ver esos hermosos ojos cafés que hacían que su lobo interior
aullaran de felicidad.

- Es que no puedes estar gastando todo tu dinero en mi - Sentenció la
Omega.

- Ven no te enojes, solo que lo vi y pensé que se vería muy lindo en tu
mano - Murmuró sacando de su bolsillo una cajita de terciopelo color azul - Además yo me compré uno igual.

- ¿Unos anillos de pareja? - Pregunto Abril y la Alfa solo asintió dejándo que sus mejillas se tiñeran de rojo - Pero te recuerdo que tú y yo no somos nada.

- Aún no, pero estoy segura que lo seremos pronto - Respondió un poco
más segura tomando la mano de la Omega entre las suyas antes de seguir hablando - Se que fui una estúpida contigo, pero te juro que voy a intentar hacer que vuelvas a confiar en mí, yo te quiero Abi, te quiero como jamás pensé que podría querer a alguien y no estoy dispuesta a darme por vencida contigo porque tú vales la pena - Para ese entonces los preciosos
ojos de Abril brillaban con intensidad opacando a la luna que en esa noche era testigo de aquella declaración de amor.

- Eso es muy dulce Samy, yo también te quiero mucho, siempre lo he hecho. Solo que necesito tiempo, no quiero que después te arrepientas y me dejes por otra más linda y...

- Shhhhh - Sentenció la alfa interrumpiendo a la Omega - No existe en este mundo una mujer más hermosa que tú Abi, tienes unos ojos preciosos, una nariz hermosa y me encanta como la arrugas al sonreir, tus mejillas son tan lindas que hacen que quiera apretarlas a cada momento, tus abios son tan carnosos y apetecibles, me encanta el color de tu piel, tu roma, tu cabello, tus piernas y tú... Bueno, toda tu me gustas... Eres realmente muy bonita y prometo recordartelo todos los días - Las palabras habían muerto en las palabras de la castaña que para este punto su corazón latía muy rápido mientras que en su rostro era marcado por una linda sonrisa.

- Quiero confiar en ti, mi corazón quiere creerte - Dijo antes de posar sus labios en la mejilla de la alfa y dándole un muy lindo beso.

ALFA (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora