XVIII

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La alfa soltó a Abril mirando como está entraba en la cafetería y la
dejaba parada ahí con su corazón destrozado, era la primera vez que
Samantha se había atrevido a expresar todo lo que sentía, era la primera vez que se había enamorado y lo único que había tenido era un insportable dolor en su pecho.

- Vaya mierda - Exclamó para ella misma pasando su mano sobre sus
cabellos para después dar media vuelta y empezar a caminar hacia
cualquier lugar.

Y es que el mundo de Samantha se había ido al carajo desde el primer
momento que aquellos hermosos ojos cafés la miraron por primera vez. Ella supo desde ese instante en su corazón que Abril le iba a desordenar la vida, por eso intento mantenerse alejada lo que más pudo, no quería involucrarse, no quería sufrir, no quería estar en una relación, no quería enamorase, y ahora toda eso a lo que ella le había huido toda su vida la había alcanzado quitándole toda la supuesta estabilidad emocional que
tuvo todo ese tiempo.

- Hola Samantha - Una hermosa Omega rubia de piernas largas y bonitos ojos se acercó a la Alfa que estaba sentada en la barra de una vieja cantina que solía visitar de vez en cuando - ¿Quieres un poco de compañía?

- No - Respondió secamente la alfa tomando un trago de cerveza.

- ¿Por qué? Sabes puedo hacer que te diviertas un poco.

- Dije que no maldita sea, ahora vete y déjame sola.

- Lo que tienes de hermosa, lo tienes de grosera.

- Ah bueno, casi te pregunto - Fue lo único que dijo para después pararse de la silla y salir de aquel lugar dando pistones fuertes - Sal ya de mi cabeza Abril, por favor.

ALFA (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora