XI

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Desde ese día Samantha y Abril empezaron a salir, a conocerse cada vez más, tenían pequeñas citas incluso la Alfa siempre esperaba a que acabará su turno en la cafetería para así poder acompañarla hasta su casa y quedarse un rato para así disfrutar de la compañía de la castaña.

Cada momento que la alfa pasaba con la Omega descubría una nueva cosa que le gustaba de ella, todo en la ojimarron era encantador, desde la forma en que arrugaba su nariz cuando se reía, hasta su chispeante y
refrescante personalidad. Para estás alturas Samantha estaba más que atada por el encanto Garza.

- ¿En qué piensas tanto cariño? - Exclamó Abril mirando el perfil de la rubia permitiendose deleitar con la belleza de la mayor.

- En nada en especial - Respondió la alfa girando su rostro para enfrentar la mirada de la bajita.

Pero lo que Abril desconocía era que la de ojos miel sentía un miedo
absurdo al compromiso, a pesar de estar más que segura que le gustaba la castaña, está se negaba a ser una alfa de una sola Omega, estaba reacia a tener una relación, a enlazarse con alguien y es que en la mente de la mayor todo eso del predestinado era una completa tontería, claro que jamás lo admitiría delante de la ojimarron, era algo que simplemente se guardaba para si misma.

- ¿Qué vas hacer mañana? - Pregunto la bajita mientras acariciaba el brazo de la rubia que descansaba en una de las mesas de una heladería.

- Nada en especial ¿Por qué?

- Es que mi celo empezará mañana y sabes que todo eso es muy doloroso
y agotador y me gustaría saber si tú querías acompañarme estos días,
estoy segura que tú aroma ayudará a mi loba a calmarse.

- No lo sé Abi - Respondió algo dudosa la mayor.

- Por favor, por favor - Dijo acercándose a la rubia y dándole un beso en la mejilla.

- Está bien, no puedo nergate nada - Abril sonrió victoriosa para después la Alfa tomar posesión de los labios de su Omega en un largo beso.

ALFA (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora