ALFA (Rivari)

XIII

Aunque Abril y Samantha aún no se habían enlazado, el fuerte dolor que se instalo en el pecho de ambas chicas era muy grande, sentían como su corazón era aplastado por la tristeza, el enojo y el orgullo.

Por un lado teníamos a la de ojos miel, de sus ojos salían varias lágrimas que inmediatamente limpiaba quitando así todo rastro de ellas, no le gustaba verse débil ante ninguna situación, no le gustaba perder el control como lo estaba haciendo justamente ahora, odiaba darse cuenta que aquella chica
de hermosos ojos cafés tenia total dominio en ella, porque a pesar de
pensar que lo que había hecho era lo correcto, su corazón, su mente y su
lobo interior le gritaban que estaba equivocada, que su vida era al lado de Abril.

Pero es que ella era Samantha Rivera, la alfa que nunca se enamoraba, la que no creia en eso del predestinado, era la que dormía con una Omega diferente cada noche, era la rompecorazones, era la que nunca tenía una relación. Entonces ¿Qué había pasado con ella? ¿Por qué ahora sentía esa
enorme necesidad de ir de nuevo hacia esa hermosa castaña?

"Abril" respondió su mente, eso le había pasado, aquella hermosa
Omega se había metido en su corazón y ahora no quería salir de alli, lo había declaro como suyo, haciendo que la rubia entrara en pánico.

Mierda - Musito golpeando la puerta dejando en ella un gran agujero - Me lleva la maldita mierda - Una fuerte ola de enojo se apoderó de su cuerpo cegando un poco a la rubia - Yo estaba bien antes de conocerte Abi.

"Sabes que no es así" le dijo su subconsciente - "Antes estabas vacía y ella llego a llenarte de felicidad y amor"

- Cállate, cállate - La alfa cerro sus ojos sentandose en el frío suelo de su
habitación mientras colocaba sus manos sobre sus oidos - Por favor ya
basta, por favor - La voz le salía algo ronca y débil. La rubia estaba
sintiendo un fuerte dolor en su pecho que la hacía sentir que se ahogaba.