XV

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Desde esa vez Abril no volvió a ver a Samantha y cada día que pasaba su
lobo interior estaba más y más intranquilo, el estar tan separada de su predestinada le estaba descargando poco a poco su pobre corazón y lo peor era escuchar como todos hablaban de las omegas que la alfa se llevaba a su cama.

- Hey ¿En qué piensas? - Pregunto Sara con una tímida sonrisa mientras le abría la puerta de la cafetería para que la Omega pasará.

- En nada - Susurró bajito - Por cierto gracias por traerme.

- No tienes porque agradecer preciosa - Respondió la rubia mirando directamente esos hermosos ojos cafés que tanto le gustaban- A qué horas sales?

- ¿Por qué? - Pregunto Abril metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta mientras aún seguían paradas al lado de la puerta.

- Es que me gustaría venir a buscarte, no quiero que andes sola por ahí.

- Oh, no hace falta de verdad.

- Claro que sí, ándale deja que te acompañe.

- Está bien - Suspiro sonriendo un poco - Salgo a las 7.

- Entonces a las 7 paso por ti - Sara se acercó hacia la castaña dándole un beso en la mejilla para después salir de aquel lugar dejando a una Abril un poco sorprendida.

- Vaya tan rápido me olvidaste - Escucho la castaña la dulce y ronca voz de la de ojos miel detrás de ella, así que lentamente se giró topandose con la imagen de la alfa que más la había lastimado - ¿Ya estás saliendo con esa Alfa?

- Eso no es algo que a ti te importe - Respondió entre enojada y triste la
ojimarron.

- Claro que me importa, porque tú, tu eres mía.

ALFA (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora