XXIV

1.4K 97 4
                                    


Quien iba a imaginar que aquella alfa con aura dominante, orgullosa y
prepotente estuviera colocando un tierno puchero en sus labios mientras miraba con sus ojitos de cachorro como su omega se terminaba de arreglar para ir a trabajar, y es que desde el día en que su relación con Abril se volvió mas formal la rubia no podía despegarse de su lado, su lobo rogaba por estar acurrucado siempre junto al pecho de la castaña sintiendo la calidad de su cuerpo y el rico aroma que emanaba.

- Abi - Lloriqueo la mayor pasando sus manos posesivamente por la
cintura de su chica haciendo que su pecho se pegara completamente en su espalda y dejando varios largos besos sobre la piel expuesta del cuello de la omega- No te vayas.

- Samy - Suspiro algo agitada Abril mientras terminaba de alisarse el
cabello con los dedos para después aplicarse un poco de humectante en
sus labios - Ya hemos hablado de esto, sabes que tengo que ir al trabajo.

- No es cierto - Dijo interrumpiendo a la omega - Sabes que yo me puedo
hacer responsable de tus gastos y...

- Y nada - Sentencio hablando seriamente apartando las manos de la alfa de su cuerpo para así poder girarse y mirarla a los ojos - Esto es algo que no esta a discusión, ahora dale a tu chica una bonita sonrisa - Presiono sus manos en las mejillas de la mayor haciendo que sus labios se abultaran mas haciéndola lucir verdaderamente adorable.

- Pero...

- Deja el berrinche Rivera, además dentro de dos días tendré mi celo y
sabes que no podre trabajar por una semana, así que me tendrás solo para ti - Confeso Abril mientras un leve tono rojizo se apoderaba de sus
mejillas al ver como los grandes ojos miel de Samantha empezaban a brillar mientras en sus labios se formaba una pequeña sonrisa.

- ¿Solo para mi? - Pregunto con un toque de emoción en su voz posando
sus manos sobre la cintura de la omega.

- Si - Musito dejando un casto beso en los labios de la contraria antes de
hablar nuevamente - Ahora señorita Samantha por favor déjeme ir y nada de andar siguiéndome o aparecerte en la cafetería, no te quiero dando vueltas por ahí, mi jefe no soportara ver de nuevo como le gruñes a cada alfa que se me acerca.

- Tu no entiendes Abi - Exclamo frunciendo su ceño - Yo solo defiendo lo que es mío y toda tu eres mía, no me gusta que otros te coqueteen.

- Cariño literalmente insultaste a un anciano de 70 años solo porque me
tomo la mano para que lo ayudara a sentarse en una silla.

- Te veía con ojos lujuriosos Abi - Se excuso la alfa mordiendo ligeramente su labio viendo como ahora su novia negaba con la cabeza
mientras reía.

- Imposible, el señor era ciego - Respondió dándole algunos pequeños besos en sus labios antes de alejarse de ella dejando algunas caricias en su largo cabello rubio - Ya me voy, por favor pórtate bien, nos vemos en un par de horas, traeré algo para cenar ¿Bien? - La Alfa suspiro viendo como su omega salía de la habitación y escuchaba atentamente los pasos para después sentir como la puerta era cerrada indicándole que ya había quedado completamente sola y su lobo bajando las orejitas debido a la
tristeza.

ALFA (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora