XXV

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Aquella calurosa tarde Samantha había salido del apartamento para ir a comprar algunas cosas al supermercado, el celo de su Omega estaba muy cerca así que quería tener todo listo para así poder atender a su querida Abril como ella lo merecía.

La de ojos miel tenía el conocimiento de lo doloroso y estresante que podía ser para un Omega estar en celo y lo mucho que le gustaban recibir mimos por parte de su alfa, así que quería estar disponible las 24 horas solo para
cumplir cada uno de los caprichos que su novia quisiera.

"Gobernada" - Susurro su lobo haciendo que Samantha frunciera el ceño mientras mordía ligeramente su lengua antes de responderle "Cállate lobo estúpido, que tú también lo eres por nuestra Omega" - Terminó aquella oración extendiéndo su mano para tomar algunos platanitos y colocarlos sobre el carrito de compras mientras hacia un recuento mental para asegurarse que tenía todas las cosas que necesitaba.

Luego de dar algunas vueltas más en varios pasillos y tomar un par de
cosas más, la alfa se dispuso a pagar y así salir a toda velocidad hasta el
edificio que compartía con las castaña, el camino que hizo el ascensor hasta el quinto piso lo sintió tan largo y desesperante que tenía el impulso de tirarse el cabello hasta dejarse calva, sentía los nervios a flor de piel y su lobo aullar en su interior reclamando estar cerca de su Omega. Así que apenas las puertas de metal se abrieron Samantha salió a toda prisa y corrió
con las bolsas en sus manos sintiendo como aquel lugar era inundado con un dulce aroma a fresas mezclado con un toque de miel indicándole que su querida Anril había entrado en celo antes de lo esperado, cómo pudo se las arreglo para abrir la puerta del apartamento y entrar a toda prisa
topandose con la imagen de la castaña acostada sobre el sofá, sus manos estaban sobre su abdomen mientras varias lágrimas salían de sus ojos.

- Bebé - Fue lo primero que dijo la rubia ganando la atención de la
menor que apenas la vio, soltó un sonido lastimero y estiró los brazos
hacia su alfa pidiendo en un llamado silencioso que se acercará a ella. Sin
dudarlo está se acercó tomando a Abril entre sus brazos y liberando un poco de su aroma tratando de reconfortar a su Omega.

- No me dejes sola de nuevo - Susurro con un hilo de voz la ojimarron pasando la punta de su nariz sobre la piel expuesta del cuello de la alfa inundando todos sus sentidos con el increfble aroma a madera y tierra mojada que desprendía está.

- ¿Quieres que haga un nido para ti? - Preguntó Samantha haciendo que el lobo de Abril moviera su colita emocionado, ante la idea de su hermosa alfa creando un nido donde ambas pudieran estar abrazadas y calientitas.

- Si, por favor - Exclamó con un leve puchero en sus labios.

La rubia beso repetidamente los labios de la menor antes de alejarse
de ella e ir directamente a la habitación que compartían juntas, tomo un par de prendas, mantas y un oso de peluche que pertenecía a la mamá de Abril y apiló cada una de esos objetos sobre la cama creando asi su primer nido, una sonrisa de orgullo se instalo en su rostro antes de volver
hacia la castaña que tenía sus ojos cerrados, sus mejillas sonrojadas y sus labios ligeramente abiertos.

"Que hermosa es nuestra Omega" - Susurraba su lobo encantado con la
escena que veía haciendo que inevitable soltara un sonoro suspiró haciendo que el lobo de la Omega alzará sus orejas despertando así a
Abril que miro atenta a Samantha antes de sonreír y susurrarle un "Tu
también eres hermosa mi alfa"

La mayor se sonrojo un poco antes de tomar a la ojimarron en sus brazos y caminar con ella hasta la habitación y pasarla delicadamente en la cama y acostarse a su lado dejando que Abril se acurrucara junto a ella.

- Márcame - Exclamó la castaña embriagada por todas esas emociones que experimentaba en esos momentos mirando directamente a Samantha con sus pupilas destellando con un leve color ámbar que pertenecían a su lobo.

ALFA (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora