Epílogo

219 10 3
                                    

Subido al escenario, entonando cada una de las notas, veo como el público responde eufórico a nuestro concierto.

Estos meses hemos estado ensayando todos los días para hacer que la fiesta del fin de verano fuese increíble.

Septiembre ya ha llegado, y con él el final de la mejor estación del año.

Miro al público y la veo a ella, con su sonrisa y sus ojos únicos en el mundo. Olivia está disfrutando junto a Clara, Lena y Sofía del momento. Están riendo y bebiendo, y yo me siento la persona más afortunada del mundo de conocerlas.

Estas últimas semanas fueron duras, sobre todo para Olivia y Clara.

La muerte de su abuelo fue un inesperado golpe que asimilar, pero que poco a poco están sobrellevando como pueden.

Cada tarde, Olivia y yo paseamos por la orilla del río mientras ella me explica emocionada todo lo que sabe sobre arte. Yo la escucho atento, intentando memorizar cada dato, aunque a veces me distraigo con su belleza.

Nunca antes había conocido a nadie como ella. Su forma de ser, de reír, de preocuparse por los demás.

Olivia es única y yo tengo la suerte de ser su acompañante de vida.

—Antes de despedirnos, me gustaría dar las gracias a una persona que apareció este verano en mi vida y que le hizo el mejor de todos.

Sé que me va a querer matar por hacer esto delante de todo el pueblo, pero ¿qué más da? Nos queremos y eso es lo que importa.

—Quiero dar las gracias a Olivia Martínez por aparecer en mi vida cuando más lo necesitaba. La nuestra es una historia bastante particular que no voy a contar en estos momentos, pero que me enseñó que el amor puede estar donde menos te lo esperas. Te quiero, Olivia. Por un amor de compra eterno entre nosotros.

Y así, en cuanto me bajo del escenario, corro hacia ella para abrazarla y no dejarla escapar nunca. 

Amor de alquilerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora