Tras la batalla en la aldea de los herreros, todos los cazadores que participaron se encontraban en la finca Mariposa, descansando y recuperándose de las heridas obtenidas en batalla, estando más graves Genya y Tanjiro, quienes compartían una habitación donde se estaban recuperando.
Lo que ellos no sabían, era que en otro cuarto más apartado, se encontraba Mitsuri, en cama. No estaba desmayada, pues sus heridas fueron menos graves, pero debido a la Cuarta Luna, con aquellos ataques del tambor tan cercanos, había quedado con daño interno en sus oídos, lo que le provocaba mareos y vértigo.
Podría haberse quedado en su propio hogar recuperándose, pero Shinobu quería poder examinarla más seguido.
Por esto le había otorgado una habitación aparte, pues quería darle más privacidad y no preocupar al resto de ver a uno de los pilares herida.Inesperadamente para Mitsuri, Iguro apenas se enteró, hizo lo posible para llegar a verla, le sorprendía lo atento que era con ella.
— Iguro-san... ¿Está bien que vengas a verme? ¿No deberías estar con el patrón o en alguna misión? — Preguntó Mitsuri, haciendo un pequeño puchero mientras lo observaba desde su cama.
— No hay mucho que hacer con todo lo que ha ocurrido, el patrón quiere que te recuperes para hacer una misión con todos los pilares.— Respondió, mientras pelaba una manzana, estaba sentado en una silla a un lado de la cama.
— ¡Ah! Si es así yo debería-...— Había intentado sentarse de manera rápida y brusca, pero los mareos y vértigo la atacaron, terminando con los ojos en blanco aturdida.
— ¡Kanroji! — Rápidamente, Iguro dejó la manzana y cuchillo en la mesita de noche, para así usar sus brazos y rodear con delicadeza a Mitsuri, quien parecía ida. — ¿Estás bien? ¿Me escuchas? — Preguntó con preocupación mientras la miraba, pues verla con los ojos en blanco no era para nada una buena señal.
— U-Uh... Me zumban los oídos... — Murmuró, lentamente volviendo sus ojos a la normalidad, encontrándose con los hermosos ojos de Iguro, estaban bastante cerca.
— No deberías levantarte, mucho menos así de rápido, no puedes ser así de imprudente con tu salud.— Lentamente, Iguro volvía a acostar a la contraria, no se había percatado de la cercanía que tuvieron en esos momentos, pues su preocupación por la salud de Mitsuri era mayor a cualquier timidez que podría sentir.
— Lo siento...— Se disculpó, avergonzada de ser regañada, estaba acostumbrada a los regaños de los demás pilares, pero Iguro nunca la había regañado antes, aunque a diferencia de los otros, le parecía tener bastante dulzura en esas palabras, y no ser nada más que una preocupación sin enojo.
Iguro suspiró, no quería hablarle de esa manera, pero tampoco podía permitir que descuide su salud. Le dio una suave caricia en la cabeza, deslizando su mano con calidez, tomando una de las largas y coloridas trenzas que adornaban el cabello de la muchacha.
— Esta bien, solo quiero que te recuperes y no arriesgues tu salud.— Lentamente estaba desarmando aquella trenza, usando su pulgar e índice para desanudarla. — ¿Kochō no te soltó el cabello para que descanses mejor?
— Shinobu no se preocupa por esas cosas, solo me revisó y pidió que me recostara.— Mitsuri cerró sus ojos, era un tanto relajante sentir aquello en su cabello.
— Si vas a estar acostada es mejor que lo tengas suelto.— Respondió.
Iguro sentía un poco como sus mejillas se ponían tibias, tener ese tipo de contacto físico con Mitsuri no era para nada usual, pero su preocupación le hizo actuar antes de poder pensar si quizás estaba invadiendo su espacio personal.
Terminó por desarmar las tres trenzas, y luego con gentileza paso sus dedos por el largo cabello de Mitsuri, peinandola un poco para desarmar aquellas ondas creadas por estar con aquel peinado tantos días.Luego se apartó, y volvió a tomar la manzana que estaba pelando, Mitsuri volvió a mirarlo.
— ¿Mm? ¿Es para ti? — Preguntó curiosa, pues ya tenía mucha hambre.
Iguro negó con la cabeza, y corto una rebanada de manzana para entregársela a Mitsuri.
— Es para ti, debes comer saludable si quieres mejorarte más rápido.
Mitsuri aceptó la fruta y se comió la rebanada.
— Mmm, pero preferiría comer algo dulce y rico, algún pastel, o dulces, dangos, moshis, pancakes~.— Su estómago sonó por pensar en aquellas comidas, y rápidamente se sonrojó avergonzada.
Iguro sonrió al escuchar el estómago de la pelirrosa gruñir, y solo siguió dándole los trozos de manzana.
— Después podrás comer todas esas cosas, si te recuperas pronto yo te invitaré a comer fuera.
— Entonces voy a recuperarme rápido para poder salir a comer contigo.— Mitsuri sonrió.
Ambos estaban mirándose a los ojos con una cálida cercanía, disfrutando la compañía del otro. Pero se separaron al oír la puerta deslizarse lentamente, quedando un pequeño espacio por el cual una tímida Kanao se asomaba para observar.
— ... — Estaba en silencio, observando a ambos.
— ¿...? — Iguro le devolvió la mirada, alzando una ceja.
— ¡Ah! Kanao-chan, pasa, pasa. — Mirsuri la saludó apenas notó quien era.
Kanao lentamente abrió la puerta, y entró, llevaba una bandeja con algunas medicinas y un vaso con agua.
— La maestra me dijo que te traiga esto.— Acercó la bandeja a la mesita, y se preparaba para retirarse, pues se sentía intimidada por la fuerte mirada del pilar de la serpiente.
— Muchas gracias ¿Por qué no te quedas un rato con nosotros? — Mitsuri sonreía ampliamente, era demasiado amable, y quería conocer mejor a la pupila de Shinobu.
Kanao miró en silencio a Iguro, e Iguro volvió a mirarla de vuelta.
— ... —
— ... —
— ¿Mm? — Mitsuri, confundida, los miraba a ambos. — ¿Se están comunicando telepáticamente o algo así?
Kanao rápidamente se sorprendió, y un poco avergonzada hizo una pequeña reverencia.
— Me llamo Tsuyuri Kanao, un gusto en conocerte, pilar de la serpiente.
Iguro se sorprendió un poco por la formalidad, si bien no la conocía personalmente, había escuchado de Mitsuri que Shinobu tenía a una chica a su cuidado.
— Obanai Iguro. No es necesario ser tan formal.— Respondió un tanto estoico, no estaba realmente acostumbrado a hablar con mujeres que no fueran Mitsuri y de vez en cuando Shinobu.
— Que bien, ahora son amigos.— Mitsuri parecía brillar, era demasiado positiva.
— Kanroji-san debería tomar sus medicinas.— Dijo un poco preocupada Kanao, mientras se acercaba a la cama.
— ¿Kochō ha dicho cuando va a recuperarse? — Preguntó Iguro.
Kanao que lentamente ayudaba a Mitsuri a sentarse con mucho cuidado y lentitud, solo negó con la cabeza.
— Estoy bien, de verdad, solo a veces siento que mi cabeza hará ¡Kaboom! Y mis oídos suenan mucho cuando me muevo, pero no me duele nada.
Iguro le acercó el vaso con agua y las pastillas, sin saber que pensar al respecto, Kanao servía de soporte para mantener a Mitsuri sentada.
— Eso no suena nada bien, voy a hablar con Kochō.
Mitsuri tomó sus medicinas, y Kanao nuevamente la ayudó a recostarse.
— Estoy bien, es solo que el demonio con el que me enfrente hacia ruidos muy fuertes con un tambor, pero no te preocupes.
— ... Tanjiro también tenia sus tímpanos reventados.— Dijo Kanao, un poco triste.
Iguro se mostró preocupado, si fuera otro cazador no le importaría nada, pero siendo Mitsuri le importaba todo, pues para él, ella era lo más importante.
— Mitsuri.— La llamó por su nombre por primera vez. — Eres importante para mí.
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El cuidado del romance [Obamitsu]
FanfictionTras vencer a la Cuarta Luna, Mitsuri se encuentra herida en la finca Mariposa, e Iguro la cuidara, lo cual hará que sentimientos florezcan antes de la batalla final.