El entrenamiento de Mitsuri

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Días habían pasado desde que Obanai había conocido a sus suegros, y también desde la última vez que vio a su amada Mitsuri, pues era tiempo de empezar a entrenar al resto de cazadores, serían unos meses difíciles. No por el entrenamiento, sino por estar apartado de su ahora novia, al menos recibía cartas de ella casi a diario y él enviaba cartas de vuelta.

Mitsuri alegremente terminaba de escribir una carta, cuando la llegada de tres cazadores muy llamativos llamó su atención, Tanjiro aún se estaba recuperando y por eso quedó algo atrás en el entrenamiento, pero aún así vio caras conocidas llegar; Kanao, Inosuke y Zenitsu. Aunque no conocía personalmente a esos dos últimos, algo sabía gracias a Tanjiro.

— ¡Veo que llegaste Kanao! — Sonrió alegremente al verla, acercándose para saludarla.

Zenitsu estaba sonriendo, finalmente entrenaría con una mujer tan bella, se sentía en el cielo.
Inosuke solo estaba ansioso por demostrar su fuerza.

— Señorita Kanroji gracias por tomarnos a su cuidado.— Dijo Kanao, dando una pequeña reverencia educada.

— ¡Aaah! Eres toda una damita. — Mitsuri abrazó con fuerza a la chica, y la levantó un poco del suelo.

— ¡Yo soy el gran Inosuke! El Rey de la montaña, ningún entrenamiento es demasiado para mí y mis músculos.— Gritó.

— Yo soy Zenitsu, es un placer tener un entrenamiento con una chica tan bella como usted.— El rubio intentó coquetear.

Mitsuri solo sonreía por ver a dos chicos tan enérgicos, así que solo les guió al salón donde estaba llevándose a cabo su entrenamiento.

— Necesito que se coloquen esto.— les entregó a cada uno un par de mallas y un traje bastante revelador, un body para ballet.

Zenitsu se vio horrorizado cuando le entregaron esas prendas tan femeninas, pero Inosuke y Kanao solo asintieron, un poco curiosos y confundidos por ese traje.
Tras unos momentos, ya estaban listos para entrenar, uniéndose al grupo de otros cazadores de su misma edad.

— Bien chicos ¡Vamos a hacer entrenamiento de estiramiento! Es importante trabajar en la flexibilidad cuando peleamos.— Mitsuri explicaba con una sonrisa. — Necesitaré un voluntario.

Zenitsu que fácilmente vio la oportunidad de entrenar junto a una linda mujer, no dudó en ofrecerse.
Ambos se sentaron en el suelo, tomándose de las manos, solo para que los pies de Mitsuri se posaran en sus tobillos, y con fuerza bruta le hizo abrirse de piernas por completo.

Todos gritaron horrorizados a excepción de Kanao e Inosuke. Zenitsu parecía que iba a llorar del dolor, su alma había dejado su cuerpo.

— ¡Así se hace! Ahora necesito que ustedes hagan lo mismo con un compañero.

Inosuke y Kanao hicieron pareja para el ejercicio, Kanao imitó las acciones de Mitsuri y abrió las piernas de Inosuke, cosa que hizo sin problema alguno.

— ¡Ah! Lo haces muy bien Inosuke ¿No te duele? — Preguntó con una sonrisa Mitsuri.

— ¡Jajaja! No duele para nada, esto es demasiado fácil, soy muy flexible Mitsuko.— Le cambió el nombre a la hashira.

— Está bien, está bien, muéstrame que más puedes hacer.

Inosuke se puso de pie de un solo salto, luego empezó a doblarse hacia atrás hasta lograr bajar hasta el suelo, colocando su cabeza por entre sus piernas al doblarse de esa manera en espiral. Mitsuri estaba muy sorprendida.

— ¡Muy fácil, esto no es nada! — Exclamó Inosuke, volviendo a la normalidad, solo para empezar a dislocarse partes del brazo para mostrar más flexibilidad.

El cuidado del romance [Obamitsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora