Colores y música adornaban toda la zona donde se llevaba a cabo el festival, puestos llenos de comida y juegos decoraban el camino, y ruidos de niños juguetones con sus familias llenaban el lugar. Era todo tan alegre y colorido que Obanai se sentía como un extraño en ese lugar.
Mitsuri, que había ido a festivales con su familia antes, sonreía de alegría mientras observaba los puestos de comida, tenía ganas de probar cada uno de ellos, pero esperaría a que fuera Iguro quien lo propusiera, después de todo, era una cita oficial.
— Kanroji...— Obanai habló por lo bajo, sin mirarla, aunque Kaburamaru si lo hacía. — ¿Quieres... comer algo?
La pelirrosada asintió con alegría, apegando más a su busto el brazo contrario.
— ¡Sip! Tengo mucha hambre, ni si quiera se que podríamos comer primero.El pelinegro estaba sonrojado por esa cercanía, pero lo disimulaba con su voz calmada de siempre.
— Podríamos pedir takoyaki y algunas frutas confitadas.Mitsuri asintió emocionada, se sentía feliz de estar compartiendo un momento así junto a él.
Tuvieron suerte de que no hubiesen tantas personas, por lo que fue rápido comprar comida, Mitsuri se sorprendió de los muchos pedidos de takoyaki y de frutas en caramelo que Iguro había pedido para ella, se notaba que era un hombre atento y que su apetito no le enfadaba para nada. Ella intentó pagar pero Obanai se lo negó.
— Es el deber de un hombre pagar todo en una cita.— Fue lo único que dijo mientras él pagaba todo.
Una vez con los pedidos de comida en sus manos, se apartaron de la multitud para ir a sentarse en una banca alejada del resto, un lugar tranquilo para comer a solas.
Mitsuri había empezado a comer, pero Obanai no, él solo la miraba bajo la luz de los faroles y de la luna.— ¿Uhm? ¿Por qué no comes? — Preguntó Mitsuri con extrañeza.
— No puedo cubrirme aquí como cuando comemos en el restaurante.— Respondió, señalando sus vendas.
— Mmm...— Mitsuri hizo un pequeño puchero. — ¿Y no puedes quitártelas? Es una ocasión especial ¿No?
Iguro negó con la cabeza un poco nervioso.
— No quiero darte asco, no es agradable de ver mi rostro.La chica no lo entendía, pero dejó de comer para acercarse un poco más, observándolo fijamente.
— No creo que sea tan malo, además...— Un sonrojo se poso en sus mejillas. — Sí seguimos teniendo citas y nos volvemos pareja ¿No debería de conocer tu rostro?El chico de cabellos oscuros como la noche tuvo que tragar saliva al oír esas palabras, volverse una pareja... Era algo que él añoraba. Estuvo un poco dudoso, pero con lentitud, fue quitándose las vendas, revelando aquellas cicatrices a los lados de su boca. Estaba nervioso, pero era la única forma de saber la reacción de la chica que él tanto quería.
— Te lo dije, mi rostro no es agradable de ver.
Mitsuri estaba sin palabras al ver aquella herida, se notaba que habían pasado años por la forma en que estaba la cicatriz. No estaba asqueada, ni le desagradaba, pero sentía una tristeza inmensa, pensando en lo mucho que debió doler aquél corte.
En silencio, se acercó aún más, acercando su mano derecha, y acariciando con suavidad y gentileza aquella marca en el rostro del joven.— Eres lindo, Obanai. — Le sonrió con ternura, sin dejar de acariciarle la mejilla.
Iguro cerró los ojos por esa caricia, y con calidez posó su mano sobre la de ella, para no permitirle alejarla, se sentía bien ser acariciado de esa manera por las manos de Kanroji.
— Gracias Mitsuri.— Dijo antes de tomarle la mano y besarle los nudillos antes de apartarla con suavidad.
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El cuidado del romance [Obamitsu]
FanfictionTras vencer a la Cuarta Luna, Mitsuri se encuentra herida en la finca Mariposa, e Iguro la cuidara, lo cual hará que sentimientos florezcan antes de la batalla final.