MillerAl levantarme la mañana siguiente mi cabeza dolía como nunca. La noche anterior me quedé bebiendo con Marcus después de recibír la llamada de Ariana donde nos avisaba que ya había encontrado la nota. Por lo que entendí, al parecer Amelia estaba aquí mismo, en Vaneshvill.
Aún recuerdo perfectamente el día que viaje hasta Manchester a esa institución mental, quería darle un regalo de cumpleaños a Ariana que le recordará que haría lo que fuera por ella, y eso hice. Me arriesgue, sabía que liberarla tendría consecuencias, y de todas maneras me arriesgué por ella. La persona que me ayudó a sacarla de ese lugar me había dejado muy en claro que tenía que volver, y me dió un mes para eso, supongo que duro más de lo planeado.
Esa era la razón por la que estaba tan furioso con Ariana cuando se fue. Antes de irse, cuando le lleve a su madre le deje muy en claro que tenía que llevarla al hospital psiquiatrico de Manchester, y después supe que se había ido del pueblo y jamás volví a saber de Amelia, hasta estos días. Me llamaron durante semanas para dar con el paradero de Amelia y yo solo podía decirles, no tengo ni puta idea de dónde está. Supongo que cuando Ariana volvió estaba tan contento que lo deje pasar, hasta que empezaron las notas.
-¡Miller, está el desayuno!- Mi padre me llamo sacándome de mis pensamientos. Me levanté de la cama y baje hasta el comedor.
-Que fiesta te pagaste.- Se burló mi padre a penas me vio, no estaba muy presentable que digamos. Me senté en el comedor, en el cuál solo estaban mis padres.
-¿Dónde esta Camille?- Pregunté mientras me devoraba el desayuno, estaba hambriento.
-No tengo idea.- Respondió papá mientras leía el periódico.
-Mamá, ¿Sabes algo?- Su mirada estaba perdida, sospechaba que era, entonces tome el pocillo de su café.- Esto no es café, hasta acá me huele al asqueroso whisky que tomas.
-Tú llegaste lo suficientemente drogado anoche, ¿Que te da el derecho a opinar?- Refuto mi madre tomando de su pocillo.
-Por supuesto,cómo vas a saber dónde está tu hija si estás ebria a las diez de la mañana.
-Basta de peleas, está noche tendremos una reunión, para discutir ideas con importantes figuras políticas de Vaneshvill y Manchester.- Fijo su mirada en mi.- Tienes que estar allá. Me importa una mierda si tu hermana no está, pero tú, mi hijo tiene que estar ahi apoyandome.- No respondí, por primera vez no tenía ningún interés en ir.- ¿Miller?
-No te preocupes, ahí estaré papá.- Mire a mi madre.- Se me quitó el apetito.- Subí a mi habitación sin terminar mi desayuno.
Ya era medio día, acababa de salir de la ducha cuando me entró una llamada, contesté.
-¿Qué quieres Dante? Se supone que hoy no nos vemos, no tienes que ir a Richmond.- Escuché un suspiro de su parte.
-Dejaste mi casa hecha una basura, aún cuando me la pediste prestada para tu amigo. Hasta le dijiste a Carter que me convenciera.- Me inquiete ante lo que dijo, nadie lo sabía.- Es el segundo favor que te hago, primero saldo tu deuda con Karin Chapman y ahora esto.
-Lo se, y me disculpo por eso, estaba muy drogado, no tuve tiempo de limpiar.
-Te espero en la noche, a las siete, y no llegues tarde.
Mierda, pensé. ¿Ahora que le diría a mi padre?
-Es que no puedo ir, tengo una reunión.
-Puedes venir solo, o esperar a que llegue a tu casa y te saque a patadas.- Dijo con una risa.- Ponte bonito, tal vez sea la noche más importante de los últimos meses.- Y colgó.
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Si las mentiras fueran personas
Mystery / ThrillerEn el pueblo de Vaneshvill todo parecía ser muy normal, muy tranquilo, con gente corriente y lugares corrientes. Pero todo eso cambió cuando el cuerpo de un chico aparece a las afueras del pueblo sin vida un veinte de marzo. No se sabe quién lo mat...