27. LOS WAYNE

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Miller

La luz del sol daba directamente en mi rostro haciendome abrir los ojos. Mire a mi alrededor, no parecía ser mi habitación, todo era más femenino y era más enorme que la mia, entonces supe dónde estaba.

-Por fin despiertas.- Ariana entro en la habitación con un vaso de agua, se acercó hasta a mi.- Ten, parece que se te fue la mano con las drogas anoche.

Estaba confundido, me sentía desorientado.

-¿Cómo llegué hasta aquí?- Le pregunté mientras recibí el agua bebiendola.

-Carter te trajo cómo a las dos de la madrugada.- Lo último que recuerdo fue haber estado en el bosque cuándo al parecer me desmayé.

Entonces a mi cabeza vinieron flashbacks borrosos de la noche. La fogata, el culto, la sangre. Me estaba abrumando, puse las manos en mi cabeza apretando.

-Miller ¿Qué pasa?- Me agarró de los brazos e hizo que la mirará.- ¿Te hizo algo?

-No.- Aunque no lo sabía muy bien, recuerdo haber estado muy drogado después de besarlo.

-Anoche te veías muy mal.- Se sentó en la cama quedando frente a mi.- De verdad me preocupaste, estabas totalmente inconsciente.- Caí en cuenta de que no tenía mi camisa, mi torso estaba desnudo.

-¿Dónde esta mi camisa y mi corbata?- Fruncio el ceño.

-Solo traías puesto tu pantalón y los zapatos. ¿Por qué estabas casi desnudo?- Eso me preguntaba yo también.

-No recuerdo.

-¿Qué metiste?- Juro que quisiera saberlo.

-No lo sé, fueron varias cosas en el día.- No parecía sorprendida.

-Tu Jeep esta estacionado en la entrada, Carter te trajo en el.- Recordé por momentos borrosos estar acostado en el asiento trasero de mi auto mientras Carter conducía. Tenía que hablar con el.

-Necesito las llaves.- Me pare de la cama. Ariana fue hasta su mesa de noche y de esta saco un conjunto de llaves.

-¿No sé te olvida algo?- Pregunto mientras ponía las llaves en mis manos. ¿Qué había olvidado?

-Lo siento, por más que lo pienso, no tengo ni idea.- Fui sincero.

-Sabia que se te olvidaría.- Suspiró.- El viaje a Newcastle es hoy, iremos a visitar a mi abuelo.

Mierda, lo había olvidado por completo. Acompañaba a Ariana una vez cada seis meses a Newcastle para ver al resto de su familia, en especial a su abuelo, era el patriarca de los Wayne.

-Ire a casa, me cambiaré y vuelvo.- Cuándo iba a mirar la hora en mi reloj me dí cuenta que no lo tenía. Le di un beso en la frente y fui hasta la puerta, antes me detuve.- Elegante y formal ¿Verdad?- Ella asintió. Baje corriendo hasta mi auto, que efectivamente está estacionado donde me dijo.

Conducía hasta mi casa. Los recuerdos llegaban a mi mente como un disparo, no tan claros. Mis manos, llenas de sangre, mi rostro cubierto de lo mismo, cómo si hubiera comido...Sacudí mi cabeza de inmediato alejando ese pensamiento, no podía ser real, no podía serlo.

En la mansión Black solo se encontraba mi padre al parecer, iba bajando las escaleras por lo que me lo encontré de frente.

-¿Vienes de un acoston?- Mi padre reía mientras bajaba las escaleras.

-Solo vengo de...

-Mañana será un gran día Miller.- Claro, no era raro que no le importara dónde haya estado. Tenía puesto su traje con una enorme sonrisa.

Si las mentiras fueran personas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora