30. INDICIOS

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Ariana

Presente

-¿Que mierda son las sombras de Vaneshvill?- Su rostro quedó petrificado en cuanto pregunté.- ¿Que sucede André? ¿Acaso mencioné algo que te asustó?

-Tienes que irte.- Negué lentamente con la cabeza.

-No me iré de acá hasta que me digas por qué Miller tenía en su computadora una foto del bosque con una equis marcada en una carpeta a la que llamó exactamente de esa manera, las sombras de Vaneshvill.

-Tal vez no es nada y le estás dando muchas vueltas.

-Miller jamás iba al bosque, en todos los años que conocí fue si acaso por expediciónes de la escuela, y tú lo sabes.- Respiro brevemente tratando de relajarse.

-Estoy muy sobrio para esta mierda.- Suspiro.-¿Que te hace creer que se algo?

-Porque eres un entrometido, siempre lo has sido.- Volví a acomodarme en mi silla.- A parte no tengo a quién más preguntarle.- Ahora fue el quién rió.- ¿Que te divierte?

-¿Sabes algo? Si tanta curiosidad tienes, deberías hablar con Carter, es más experto en el tema.- Mi ceño se fruncio leve

-¿A qué te refieres?

-¿Necesitas una explicación? No hay nadie mejor que Carter para dártela.

Ahora sí había llamado mi atención. Tenía conocimiento de lo unidos que llegaron a ser con Miller meses antes de que muriera, pero tampoco creía que haya sido capaz de hacerle algo.

-Supongo que tendré que hacer una visita.- Me pare de la silla. André por su lado tenía una sonrisa que no podía borrar.

-¿Debería preocuparme?- Frunci el ceño ante su pregunta.

-¿Por qué tendrías que hacerlo?

-Es que a veces, puedes llegar a ser bastante retorcida.- Me acerque hasta el.

-Como todo este pueblo.- Le sonreí. Di la espalda y camine hacia la salida.

No era la primera persona que tenía ese concepto de mi. ¿Retorcida? Yo lo llamaba proteger lo que quería. Eso era algo que había aprendido desde el momento en que mi padre Owen me sacó de aquel horrible orfanato, el día en que me hice parte de la familia Wayne, entendí que nos protegiamos los unos a los otros, porque eso significaba el amor.

Antes de darle una pequeña visita a Carter pase por la cafetería del centro que siempre visitaba. Necesitaba un café para mantenerme despierta, los tres meses que pase durmiendo y consumiendo Clonazepam me dejando un poco somnolienta.

Entre en la cafetería, y enseguida lo distingui entre tantas personas. Se encontraba sentado en la barra. Me acerque sentandome en el taburete al lado suyo. Su vista estaba sobre su café.

-Wayne.- ¿Cuántas veces causaría una tormenta en mi el hecho de escucharlo decir mi apellido?

Me fijé en como estaba, no parecía el mismo. Tenía un pequeño tic en los dedos de sus manos. Las ojeras que salieron debajo de sus ojos eran enormes, su cabello estaba más largo de lo normal, y su mirada parecía perdida.

-¿A qué debemos el placer de verte después de meses?- Saco un cigarro del bolsillo de su chaqueta. Lo puso entre sus labios.

-¿Desde cuándo fumas?- Encendió el cigarro e inhaló el humo botandolo después.

-Solo lo hago cuando estoy nervioso.

-Jamas te vi hacerlo.

-Eso es porque nunca deje que me vieras de esta manera.- Tomo un sorbo de su café. Llevo de nuevo el cigarro hacia su boca.

Si las mentiras fueran personas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora