EL TIEMPO ENTRE NOSOTROS (Ben / Mitchell Hope y Tú) Descendientes

REVELACIONES:

 Narras Tú:

 ¡No lo puedo creer!, ¿de verdad acabo de besar a Ben?, ¿enserio esto está pasando?, ¿en qué momento fue que lo deje hacer eso?, debo admitir que es algo sorpresivo, pero la verdad besa bien, no es como que ya haya besado tantos chicos en mi vida, pero al menos sé que este fue lindo, con muchas emociones al mismo tiempo. Cuando me extendió su mano no estaba segura de sí tomarla o no, ¿enserio Hattie?, ¿lo acabas de besar y dudas en tomar su mano?, bueno si, es que en el beso simplemente no pensé, solo me deje llevar, pero es que esto no puede ser, no podría ser, él es el hijo de los reyes de Auradon y yo soy hija de una reina desterrada en la Isla, finalmente puse mi mano encima de la suya y él la sujeto, y de alguna manera eso me causo cierto temor, porque yo no soy una princesa como las de aquí, no tendré un cuento como estas princesas, y debido a ese temor es que quite mi mano rápidamente y me levante del columpio, Ben me miró con una expresión confusa en su rostro.

-¿Rosé? –pregunto con voz insegura.

 Tengo que acabar con toda esta mentira, no puedo fingirle por siempre ser una chica que no soy, de alguna manera ese pensamiento me hizo sentir una opresión en el pecho, todo lo contrario, a lo que acaban de sentir hace un momento, con las mariposas en el estómago y sintiendo mi corazón latir desbocado.

-N, no –dije alejándome un poco de él- no soy Rosé.

-¿De qué hablas? –pregunto él extrañado.

-Amm... Mi nombre no es Rosé... Me llamo Hattie –dije intentado que no se me quebrara la voz.

 Ben me miro con una expresión dolida y extrañada al mismo tiempo, al parecer estaba intentado procesar lo que acababa de decirle.

-No... No estoy entendiéndote –dijo finalmente de manera lenta.

-Mi nombre es Hattie –volví a repetir.

-Eso ya lo comprendí... Lo que no entiendo es porque cambiarias tu nombre por otro, ¿no te gusta tu nombre real?

-No es eso, mi nombre real me encanta en realidad... Es algo más complicado.

-Pues explícamelo porque no lo estoy entendiendo Ros... Hattie –contesto sacudiendo la cabeza.

 Sentí un hueco en el estómago al oírlo hablar de esa manera tan distante y fría, jamás lo había escuchado hablar de esta manera, pero es totalmente comprensible, tal vez se siente engañado por lo que le acabo de decir, y no lo culpo, de alguna manera le estuve mintiendo todo este tiempo, pero es mejor así, es preferible que se decepcione, es lo que me estoy diciendo a mí misma para no sentirme tan mal.

-Bueno... No quería decirte mi nombre verdadero...

-Pero, ¿por qué?, ¿por qué me estuviste mintiendo todo este tiempo?, ¿y lo de la cicatriz?, ¿por qué no querías que te viera?, ¿por qué inventaste tantas cosas?

-¿De verdad no te das cuenta? –pregunte un poco incrédula.

-¿Cuenta de que Hattie?, ¿de qué me has estado engañando? –contesto él.

-No –dije firme- me refiero a que no soy igual que tú.

 Él me dirigió una mirada, se veía perplejo por lo que acaba de decir.

-¿Qué estás diciendo? –me cuestiono un poco alterado.

-¡Que no soy igual que tú Ben! –respondí a manera de grito- no soy igual a esas princesas que están en el baile, ¿no lo ves Ben?, mira mi cabello... Mira mi ropa... Yo no soy una chica de Auradon.

 Ben se quedó quieto mirándome, sentí como me estaba observando, esto era un tanto incómodo. El abrió la boca como si quisiera preguntar algo, pero antes de que lo hiciera me adelante a responderle porque sabía cuál era su duda.

-Soy una chica de la Isla de los Perdidos... Soy Hattie Heart, hija de la Reina de Corazones.

 Vi como su cara de sorpresa se iba formando, y contrario a como creí que me sentiría quería salir corriendo de ahí, me sentía una basura en ese preciso momento, ahora mismo me estaba arrepintiendo de haber soltado todo.

-Pero, ¿cómo...? –pregunto contrariado.

-Escape con los chicos... Entre de polizón aquí –respondí con los ojos agüitados.

-Entonces... Lo que me dijiste ¿también fue un engaño?

-No... Las cosas que te dije si fueron enserio.

-¿Más personas escaparon contigo?

-No... Parece que fui la única –dije bajo.

-¿Por qué lo hiciste? –cuestiono esta vez buscando la razón verdadera.

-Porque... Mira, sé que tu no lo entiendes porque has vivido aquí toda tu vida, pero Ben, la Isla es un lugar horrible en todos los sentidos que te puedes imaginar... Y al ver que no había sido elegida mi madre decidió enviarme porque quería mejores oportunidades para mí y obviamente acepte porque yo quería lo mismo para mí.

 Él se quedó meditando un momento, no estoy segura de que era lo que estaba pensando ya que sus facciones no lo estaban delatando en estos momentos, finalmente dijo:

-Justamente te iba decir que te trasladaras al internado... No pensé que tu fueras a... A hacerme una declaración como esta, pero... Bueno, supongo que al final de cuentas fue tu manera de escapar de algo, como lo había dicho, te voy a estar siempre agradecido por cómo me has tratado hasta ahora, así que... Hattie... Ven a Auradon formalmente.

 Exhale aire al escuchar su propuesta.

-¿Qué estás diciendo? –dije un poco boquiabierta.

-Lo que oyes... Emitiré una carta donde te invite formalmente a estudiar aquí con los demás chicos de la Isla, tal como Mal, Evie, Jay y Carlos –dijo con los ojos brillantes.

-Ben, la gente sospechara, por mucho que seas el próximo rey no creo que puedas hacer eso.

-Claro que puedo... Entra dentro de mi primer decreto real y también dentro del intercambio cultural-escolar con el País de las Maravillas.

-¿Qué? –pregunte confundida.

-Mira, en mi primer decreto real oficial dije que quería daría la oportunidad a chicos de la Isla de los Perdidos de estudiar en la Preparatoria de Auradon, y en el intercambio que estamos haciendo con el País de las Maravillas estamos aceptando estudiantes de allá, un ejemplo es Alí Harcourt la hija de Alicia, o Maddox Hightopp el hijo del Sombrero Loco, perdón, del Sombrerero Terrant... ¿No lo ves Hattie? Tendremos dos propuestas que fueron hechas previas a ti que nos respaldaran, podrás venir aquí –decía cada vez más emocionado, él comenzó a sonreír- lo lograremos... Solo no me mientas así de nuevo por favor –termino diciendo mientras tomaba mis manos.

 Lo mire sin saber que pasaba por su cabeza, lo cierto es que, aunque no lo quiera demostrar, realmente esto me pone feliz, mamá se sentirá orgullosa de mi posiblemente, o al menos eso espero.