HECHIZO SABOR, ¿GALLETA?:

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 Narra Mal:

 Mi sueño se vio interrumpido por los gritos agudos de Evie, abrí los ojos de golpe pensando que ella podía estar en peligro.

-¿Qué?, ¿qué pasa Ev's? –cuestione alarmada y levantándome de golpe.

-Traerán a Hattie a Auradon.

-¿Qué? –pregunte extrañada, aun tenia sueño.

-¡No puede ser!... ¿Por qué ella?, Mal.

-¿Es enserio Evie?, ¿me despertaste solo por eso?

-Pues claro, ¿no lo entiendes Mal?, ella nos arruinara.

-Evie, enserio debes dejar eso –dije bostezando- ah, de verdad que no puedo creer que me hayas despertado solo por esta banalidad.

-¡Maaal! –chillo Evie lanzándome una almohada.

-¡Oye! –gire con la almohada en la mano, y entonces la vi, realmente le había afectado la noticia- bien, ¿qué pasa? –pregunte.

-Es que... Pensé que cuando dejaramos la Isla, los recuerdos con ella también quedarían ahí... Pero ahora la tendré que ver todos los días nuevamente... No sé.

-¿Por qué dejas que te afecte tanto?

-Ya lo sabes –contesto dirigiéndome una mirada significativa.

-Bueno si, se su historia, pero me refiero, a ¿por qué no simplemente la olvidas? Eso te haría la vida más sencilla y lo sabes.

-Sí, tienes razón en eso... Pero es que por más que me esfuerzo no puedo.

-Tal vez en el fondo quieres que vuelvan a ser como antes, o al menos una parte de eso.

-¿Cómo puedes decir eso siendo mi amiga M?, ¿no debería eso importarte al menos?

-No es que no me importe, pero tampoco es como si yo fuera una persona posesiva... –respondí encogiéndome de hombros- Mira Evie, lo que intento decir es que deberías arreglar las cosas con ella y ver qué pasa, tal vez su relación no vuelva a ser la que fue cuando eran unas niñas, pero al menos podrás dejar de atormentarte con eso.

-¿Y si sale mal? –pregunto ella temerosa.

-Bueno, salga bien o salga mal... Aquí seguiré yo.

-¡Aaaah!, eres la mejor Mal –dijo lanzándose a abrazarme.

-Ok, ok... Veo que ya estas mejor... Deberíamos ir a cambiarnos, ¿de acuerdo?, ya que me despertaste bajemos a desayunar.

-Lo siento –se disculpó con ojitos de cachorro.

-¡Bah!, igual creo que ya no iba a dormir tanto –respondí restándole importancia.

 ~~~~~

 Estábamos los chicos y yo reunidos en la habitación de Jay y Carlos, justamente nos encontrábamos ultimando los detalles del plan sobre el robo de la varita mágica al Hada Madrina.

-Muy bien, entonces hoy por la noche haremos la dichosa galleta –dijo Jay.

-Mañana se la daremos a Ben –secundo Carlos.

-Y de ahí a esperar el día de la coronación –concluyo Evie.

-Exactamente –dije contenta de que lo comprendieran.

 Tuvimos que esperar un par de horas más para poder dirigirnos a la cocina del internado, ya era de noche cuando los cuatro nos reunimos para elaborar el hechizo de amor.

-Así que en verdad serás su novia.

-No hay otra salida Jay, necesitamos robar esa varita mágica –le respondí checando los ingredientes que le faltaban al hechizo- aquí dice que necesitamos una lágrima... Y yo nunca lloro.

-¿Rebanamos una cebolla? –pregunto Carlos, al tiempo que tomaba una.

-¡No!, dice que se necesita una lágrima de tristeza humana –respondí- y esta poción es la mejor, así que, no hay que equivocarse.

-Si lloras da igual –interrumpió Jay.

-Eso no es cierto Jay, tienen anticuerpos y encimas, pero, una lágrima emotiva tiene más proteínas que una lágrima de dolor –contesto inmediatamente Evie.

-Sí que has leído –comente un poco sorprendida.

-Sí, lo sabía –dijo Jay, con su aire de autosuficiencia.

-Claro que no –dijo Carlos.

-Claro que si –contesto Jay empujándolo.

 Estaba pensando que podía hacer para conseguir el último ingrediente que necesitábamos, cuando una chica me saco de mis pensamientos.

-¡Ahí estas Mal!, te estaba buscando, ¿sabes?, todas las chicas quieren que les arregles el cabello –uff, que alivio, solo era Lonnie- mmm, ¿bocadillo nocturno?, ¿qué están haciendo?

-Nada especial –respondí- solo unas galletas no, no, no, no, no...

 Ni siquiera me dio tiempo para poder terminar de explicar, había metido su dedo dentro de la masa.

-¿Qué?, no voy a mojarlo otra vez –respondió Lonnie.

 ¿No se supone que los chicos de Auradon son el vivo retrato de la educación y los modales?, pues bien, Lonnie no lo parecía en absoluto en estos momentos.

-Bien, ¿sientes algo? –pregunto Evie algo temerosa.

-Sí, posiblemente le falte algo –secunde preocupada.

-Hola –dijo Jay.

 ¿Es enserio?, estamos en una situación así ¿y él intenta seducirla?, no puedo creer que este chico enserio este coqueteando en este preciso momento.

-Necesita chispas –comento Lonnie ignorando a Jay.

-¿Qué es lo que dijo? –pregunte aliviada de saber que no había sido encantada.

-Chispas de chocolate, solo, el grupo alimenticio más importante... ¿Sus mamás nunca les preparan galletas con chispas de chocolate?, como cuando te sientes triste, y están bien calientes, con una enorme taza de leche y ella te hace reír y todo cobra una nueva dimensión... ¿Por qué están mirándome así? –pregunto ella.

-Nuestra vida es diferente –respondí, intentando convencerme de que mi vida no había sido tan mala.

-Si lo sé, solo yo pensé, que hasta los villanos amaban a sus hijos... –comento ella, todos nos quedamos callados mirándola- Eso es horrible.

 En cuanto dijo eso, una lagrima comenzó a rodar por su mejilla, un momento, no teníamos tiempo para sentimentalismos, ¡esta era la oportunidad!, tal vez la única, lo que contaba era que teníamos la lágrima.

-Si bueno... Muy horrible, pero debemos llevar esto al horno –dije quitándole una lagrima y poniéndola en la mezcla- gracias por venir a vernos, así que tengas una buena noche... Hasta mañana, sueña mucho.

 Cuando terminamos las galletas las colocamos en una bolsa de plástico para que no se hicieran feas, las había llevado a mi habitación y guardado en mi mochila, no quería correr con el riesgo de que alguien se levantara a medianoche y se las comieran bajo riesgo de quedar hechizado enamorándose al mirar a la primera persona con la cual se cruzaran, eso sin contar que nos podrían expulsar de Auradon nuevamente.

 Antes de dormir me quede pensando en lo que había dicho Lonnie, de alguna manera logro dar en una herida que según yo, no dolía, sin embargo, hoy me he dado cuenta que esa herida sigue abierta, supongo que al final todos deseamos un poco de cariño y al parecer yo no soy la excepción, sé que mamá hizo todo lo posible por sacarme adelante, pero aún recuerdo cada palabra lastimera que me decía, pareciera que fue ayer cuando apenas era una niña que no podía ni sabía defenderse, tal vez esa parte de mí, la que tiene todos esos recuerdos frescos y presentes, sea la que quiere que mi madre sé quede su lado del océano, impidiéndole que pueda hacerme más daño del que ya me ha hecho.

EL TIEMPO ENTRE NOSOTROS (Ben / Mitchell Hope y Tú) DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora