EL TIEMPO ENTRE NOSOTROS (Ben / Mitchell Hope y Tú) Descendientes

POR FAVOR DI QUE SÍ:

 Narra Ben:

 Justo estaba terminando de revisar los papeles que ya habían quedado rezagados en estos últimos tres días cuando Cogsworth entro con una bandeja de plata y sobre ella llevaba un sobre.

-Correspondencia para su majestad –dijo acercándose a mi escritorio.

-Eh, gracias –dije tomando el sobre.

 Después de eso Cogsworth salió del despacho de manera pausada, miré atentamente el sobre de la correspondencia, era la invitación que le había pedido a Li Shang Jr. para invitar al baile a Rosé, miré el reloj en la pared, eran las 2:45 pm, si voy en auto puede que llegue a tiempo a la citación, me levante, tome la chamarra que estaba en el perchero junto con las llaves de mi auto y me di prisa en salir.

 La verdad es que tuve que conducir bastante rápido para poder llegar, estacione mi carro cerca del bosque y baje, tuve que caminar un poco antes de divisar a Rosé, ella ya había llegado, me dijo que ya había terminado la parte de arriba del saco lo cual me causo emoción, no sabía que podía trabajar tan rápido, me pidió que me probara la prenda para ver que ajustes necesitaba hacerle.

-Eh, pero una pregunta, ¿cómo es que veré el traje si llevo los ojos vendados?

-Estaba esperando que preguntaras eso Ben –respondió ella riendo- he traído un espejo para que puedas verte, así que me esconderé detrás de un árbol en lo que tú te quitas la venda de los ojos para poder ver si te gusta y si ya está listo, después de eso te vuelves a cubrir los ojos, me llamas y vemos que ajustes o modificaciones tengo que hacerle.

-Ok –respondí procesando las indicaciones que recién me había dado.

 Escuche como se alejaba el sonido de sus pasos y después un poco lejana y con un deje de eco detrás de mi escuche su voz.

-Ya puedes quitarte la venda.

 Obedecí e hice lo que me había indicado tal cual lo había escuchado, sentí como ella me estaba observando, ya que sentía su mirada mientras me probaba la prenda, sin embargo, proseguí con lo que estaba haciendo, me encanto como me está quedando el saco, cuando vi el diseño me impresioné, pero poder verlo en la vida real, tocarlo y medírmelo es una sensación mucho mejor que la anterior, finalmente me volví a cubrir los ojos y llamé nuevamente a Rosé.

-Y bien, ¿te ha gustado? –pregunto ella llegando al lugar.

-Mucho más que eso, me ha encantado –dije fascinado con el resultado.

-Fiu, me alegro... ¿No sentiste incomodidad?, ¿te puedes mover bien?, ¿no te queda ni muy justo ni muy holgado?

-Está bien... Tal vez podríamos marcarlo un poco de la cintura, siento que esa parte se vean poco cuadrada.

-Sí, tienes razón, déjame le pongo algunos alfileres para poder identificar donde le debo de meter.

 Sentí como ella iba tomando el saco de algunas partes y daba vueltas alrededor de mí.

-Ya está, espero que quede bien... ¿Quieres verlo una última vez antes de que me lo lleve para las modificaciones? –pregunto Rosé.

-Bueno –respondí y volvimos a repetir el proceso nuevamente, una vez pasado eso volví a llamarla, se notaba su pericia, solamente tuvo que utilizar los alfileres para poder marcar la forma del saco.

-Ok Ben, te veo mañana entonces –dijo Rosé ayudándome a quitarme el saco nuevamente.

-Eh espera Rosé, ¿tendrás cinco minutos que me puedas regalar? –cuestione algo nervioso.

-Amm, ¿es algo urgente?, es que debo regresar a terminar tu traje –contesto ella con un deje de preocupación.

-Bueno, solo quería preguntar sobre mi máscara, ¿de qué color será?

-¿Cómo? –pregunto extrañada.

-Sí, me refiero a que colores llevará, quisiera saber si será en una tonalidad similar a la de mi vestuario, porque será algo así, ¿no?

-Tú... ¿Máscara?... Claro, amm, déjame tomarte entonces algunas medidas de tu cara por favor –dijo ella lentamente acercándose a mí.

-¿Todavía no está? –pregunte algo preocupado.

-No, claro que llevo un avance, pero... Debo de tomar las medidas para los ojos, boca... Más que nada para las aberturas.

-Claro, eso tiene mucho sentido, ¿y cómo es la máscara?

-Ah... Es una sorpresa Ben –respondió en un tono que me ha dado cosquillas por todo mi cuerpo.

-Ok –respondí riendo, de alguna manera siempre me termina sorprendiendo.

-Por cierto –dijo ella- sobre la camisa... ¿La pondrás de tu propio ropero?

-Eh si, ¿por qué?, ¿me quieres hacer una acaso? –pregunte con una sonrisa.

-Jaja, no, solo quería cerciorarme.

-Eh por cierto Rosé, no sé si te gustaría asistir al baile.

-Ah gracias Ben, te agradezco mucho, enserio... Pero no creo que pueda asistir.

-Por favor ven –dije dándole la invitación- ¿podrías concederme... Ese honor?, por favor di que sí –dije un poco en modo de súplica.

-Ja, suerte que tienes la venda en los ojos.

-¿Cómo? –pregunte sacado de onda, esa no es exactamente la respuesta que esperaba.

-Me refiero a que, de lo contrario, estoy segura de que pondrías ojos como las imágenes de los cuentos.

-Supongo que tienes razón... ¿Entonces...? –pregunte a la espera de su respuesta.

-No prometo nada Ben, pero lo voy a intentar, ¿está bien? –fue su respuesta.

-Eh claro... Muchas gracias –dije entregándole la invitación.

-Bueno, me iré primero... Hasta mañana –dijo despidiéndose.

 Sentí como iba recogiendo las cosas y después todo quedo en completo silencio, es gracioso, porque curiosamente es la misma sensación que deja ella al irse, cuando estoy a su lado todo se escucha con un sonido claro, limpio y melódico, y aunque llevo los ojos vendados siento que todo se ve con más color y el mundo se siente con calidez, y después cuando ella se retira, todo vuelve a estar en la monotonía de siempre.

 La respuesta que me ha dado Rosé no es precisamente la que esperaba, pero no sé en realidad qué es lo que esperaba, tal vez pensé que actuaría como las demás princesas que he conocido o al menos una emoción similar, venia mentalizado a escuchar gritos de emoción y tal vez un sí emocionado junto con un abrazo, pero bueno, espero que al menos esa sea su manera de decir que si, de verdad me gustaría poder verla sin la venda y dejar de verla solamente como nociones de un recuerdo vago.

 Me dirigí nuevamente a mi automóvil y arranque, esta vez con dirección a la preparatoria, tengo que hacer algunas apariciones por allá, además de que si bien estoy acostumbrado a la vida que llevo como príncipe dentro del castillo, extraño también mi independencia como un chico semi-normal en el internado, solo un chico de Auradon que asiste a la escuela, estudia, practica deportes y convive con sus amigos, como todos los demás.