SNAKES

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En la enfermería.

—Finalmente ti sei svegliato, mi avevi con il cuore in gola —habló Theo.

«Al fin despiertas, me tenías con el corazón en la boca.

—Jeg kan ikke lide, at de bekymrer sig så meget om mig —respondió Belladona, en danés, sentándose en la cama, notando que ya no estaba en su cuarto.

«No me gusta que se preocupen tanto por mí.»

—Mia cara, parlami, per favore, in italiano o in spagnolo. Non fatevi distorcere il linguaggio ora.

«Preciosa mía, hablame, por favor, en italiano o en español. No te desconfigures en el idioma ahora.»

—Lo siento por eso —respondió intentando sonreír levemente—, a lo que iba, no quiero que estés preocupándote por mí.

—Tarde, desde el día que nos conocimos quedó en claro que así íbamos a estar toda la vida, preocupándonos el uno por el otro. Evitemos todo éste lío y hagamos un acuerdo, ya que no puedes evitar que nos preocupemos por ti, y no podemos evitar que tú te preocupes por nosotros, no volveremos a tocar el tema jamás —propuso acercando su mano a ella.

Belladona lo miró fijamente, amaba la sonrisa confiada que él tenía, amaba cómo él encontraba la manera de siempre volver las situaciones reconfortantes aun cuando eran horribles. Amaba la manera en la que él la amaba, Theo solía ser tan egocéntrico, menos cuando se trataba de ella, él la amaba más de lo que se amaba a sí mismo, y eso era mucho. En algún momento, quizás entre la ocasión de su primera vez teniendo sexo y cuando Dumbledore la trajo a Hogwarts, descubrió que ya no amaba sólo tenerlo cerca como un amigo, ahora Belladona Crouch amaba a Theodore Nott como se ama a un amante.

Ella estrechó la mano de él sonriendo con cierta sensación de esperanza en su pecho.

—Y desde ahora vamos a tener en mente que los cuatro saldremos de ésto —volvió a hablar mirándola.

Nott pasó suavemente su mano a la mejilla de ella y se acercó uniendo sus labios en un beso lento.

Se separaron luego de unos minutos cuando Madame Pomfrey aclaró su garganta para denotar su presencia.

—Veo que ya te sientes mucho mejor. Por Merlín, los niños de hoy en día están tan alborotados —se quejó mientras se acercaba a ella—. ¿Has estado tomando las pociones que te di?

—Sí —respondió un poco sonrojada de que ella los viera besarse, eso fue incómodo.

—Te prepararé dos pociones diferentes, toma una y luego la otra a la hora —habló dejándolas en la mesita a su lado.

—¿Qué son? —preguntó Theo de mala gana.

—Para que se sienta mejor.

—Necesito más que eso —exigió él.

—Debería aprender un poco de respeto, joven Nott —lo reprendió sin darle respuesta.

Belladona puso su mano sobre el brazo de él, con un pensamiento muy claro «no va a intentar envenenarme», Nott lo entendió y, resignado, pidió disculpas, una nada sinceras, pero que para Madame Pomfrey eran suficientemente creíbles. Al fin y al cabo Theodore era un habilidoso mentiroso y farsante cuando quería, en eso se parecía mucho a Tom.

—Es recomendable que descanses, le haré llegar a tus profesores la autorización de no ir a clases ésta semana. Y como siempre, supongo que preferiría estar en tu cuarto que aquí, ¿no?