30

202 23 1
                                    

· · • • • ✤ • • • · ·

George al fin había conseguido un poco del tiempo de Crouchy, muy al pesar de Matt, que básicamente Theo tuvo que arrastrar lejos. Claro que a Nott le molestaba que el Weasley se le acercara a la joven, pero podía aceptar más fácilmente que Riddle el hecho de que Belladona necesitaba y estaba en su derecho de tener más amigos.

Allí estaban los dos, sentados en el suelo, con la espalda apoyada en la pared de uno de los pasillos poco transcurridos.

—Así que volviste con Mattheo —mencionó el pelirrojo.

—Algo así, en realidad nunca terminamos como tal, es demasiado para explicar. Y tú eres mi lugar seguro para no tener que buscar excusas, así que no me pidas eso.

—Lo sé, bromear y hablar de cualquier cosa poco importante, eso es lo único que puedo ser para ti.

—Lo siento.

—No, no lo sientas. No es tu culpa, y sé que debería sonar más animado para que me creas, pero al menos saber que sirvo para mejorar tu ánimo me hace feliz.

Belladona recargó su cabeza en el hombro de él, comieron de las galletas que éste había traído, las que tenían una poción regocijante. Se mantuvieron un momento en silencio.

—¿Qué opinas de Joanne? —preguntó entonces la joven—. Siempre ayuda a Mattheo y técnicamente a mí, pero como tal nunca hable con ella y es extraño.

—Es buena y agradable, suele ser demasiado lógica haciendo que piense a veces las cosas desde un punto muy descorazonado, pero eso hace que siempre tome buenas decisiones. Es inteligente, es creativa y bastante curiosa. Especialmente siempre demuestra ser una gran amiga.

—¿Nunca has pensado en salir con ella? Digo, pareces tenerla en muy buena estima.

—No necesitas buscarme novia para que te deje en paz —respondió mirándola de reojo, ella aun seguía apoyada en su hombro.

—Varios dicen que a ella le gustas —insistió ignorando lo que él le había dicho.

—Fred está encantado con ella.

—No creo que sea al gemelo que está buscando.

—Crouchy, ¿crees que me metería con la chica que le gusta a mi hermano?

—Si a tu hermano no le gustara...

—Pero le gusta, así que no voy a pensar en qué hubiera pasado —la interrumpió—. Por cierto, te conseguí algo —mencionó para cambiar de tema.

Ella se separó suavemente y esperó que él sacara de sus bolsillos lo que quería darle.

—¿Cómo es que...? —Intentó preguntar mientras tomaba el pequeño frasco en sus manos—. Esto debe haberte salido una fortuna.

—Deberías aceptar los regalos sin pensar en cuánto salieron.

—George, es suerte líquida, hasta para mí indicaría gastar demasiado, ni quiero pensar para ti.

—Deja de llamarme pobre —habló riendo mientras golpeaba su brazo.

—No es mi culpa que tengas escasos recursos —mencionó ella alzando los hombros—, fuera de bromas, sé que Ludo Bagman aún les debe dinero y que justamente están ahorrando para su propio negocio. Yo no puedo aceptar ésto —mencionó intentando devolverle la botella.

—Déjame hacer ésto por ti, por favor. Además sé que cuando ese viejo se muera tú heredarás su fortuna e indudablemente invertirás en nuestro negocio, ¿no? —Sonrió ampliamente.

SNAKESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora