Algo más©.

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Capítulo 6.

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Nicole Valencia.

Hace quince días tuve mi primera interacción con Mateo, a veces, como hoy me ponía pensar mucho sobre lo que estaba pasando. La atracción que sentía por este hombre, el estar hablando con el todos los días y saber que su color favorito es el verde pero que no lo usa en la ropa. Que le encanta viajar por el mundo, pero que siempre vuelve y volverá a Argentina, el saber cómo se conforma su familia: su madre y hermano. El coqueteo con el inevitable. La conexión...

Pienso: << ¿Qué está pasando?>>

Porque esto no sucede todo el tiempo, no conoces en cada esquina a un hombre con el que sientas de todo, pero que a la vez se sienta bien. No, eso no pasa todo el tiempo.

Pero, aunque, lo piense mucho siempre llegó a la conclusión de que está bien dejarlo fluir, que me siento bien así. Y que no necesito, ni quiero forzar las cosas. Disfrutare todo como se vaya dando.

Y ahora, que me estoy poniendo la pañoleta de Mateo alrededor de mi cuello vuelvo a estar de acuerdo con ese pensamiento. Dejarlo fluir, está bien. Miro mi reflejo por última vez antes de tomar mi bolso de mano y salir con Gabriela de la habitación del hotel.

— ¿De verdad no te puedes quedar otro días más? —Le pregunto volteando a mirarla.

El plan era asistir al show y hoy irnos a Barcelona, pero no quise decir que no a la invitación de Mateo, así que, moví la fecha de mi vuelo de regreso. Pero Gabriela no.

—No, Nico. Tengo muchas cosas que hacer. Pero el show de anoche estuvo genial. Ya nos veremos en estos días por allá, y espero que me cuentes a detalle cómo se sigue desarrollando tu historia con el papacito de Mateo, ¿okey?

Me rio y suelto un suspiro. Cuando llegamos a la entrada del hotel vemos que el uber de Gabi ya está, me despido de ella con un beso en su mejilla.

—Que tengas un buen vuelo, avísame cuando llegues.

—Lo más seguro es que se me olvide avisarte, si no te llaman de algún hospital o algo así, es porque llegue bien.

Me quedo mirando a Gabriela de una forma que hace que se encoja de hombros y camine a su taxi.

<<No la juzgo por sus chistes... No lo hago, no lo hago... Bueno si, si lo hago. >>

Veo como su transporte se aleja antes de sacar mi celular y revisar la hora; en cinco minutos quede en verme con Mateo en la entrada.

—Nicole.

Reconozco su voz muy rápidamente, me giro para verlo acercándose. Así como en el aeropuerto llega puntual. Puntos extra para él.

— ¿Si?, ¿Quién eres?

Pregunto haciéndome la desentendida. El termina de acercarse a mí. Sube su brazo y roza la tela de su pañoleta.

—Qué curioso, tienes un accesorio mío, y no sabes quién soy.

—Pues no, ¿quieres recordarme quién eres?

El gira su cabeza de un lado a otro divertido.

—No. Sigue en la ignorancia.

Baja su mano, pero cuando lo hace se lleva con él, el extremo de la pañoleta, deshaciéndola y llevándosela con él.

—Oye.

Me quejo, él se acerca a mi oído y susurra: — ¿La quieres de vuelta? Mira que es como mi marca en mis shows, pero te la puedo regalar si me demuestras que eres merecedora.