Algo más©.

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Capítulo 22.

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Nicole Valencia.

El aeropuerto resonaba con el bullicio característico de las despedidas y los viajeros apresurados. Santiago y Mateo permanecían juntos, intercambiando bromas para disimular la emoción melancólica que era palpable en el ambiente. Gabriela y yo estábamos cerca, compartiendo una mirada de complicidad que reflejaba nuestro entendimiento.

El vuelo a Argentina fue anunciado, ya partirían. Mateo y Santiago se giraron hacia nosotras con una sonrisa entrecortada por la tristeza que intentaban ocultar. Santiago y yo nos abrazamos, compartiendo palabras que eran simples pero llenas de significado.

Luego se fue con Gabriela, los cuales se despidieron emotivamente, concordando cuando se volverían ver.

—Nicole. —Me llamo Mateo con voz contenida. No quería mirarlo, pero termine haciéndolo, para ver sus ojos verdes brillando con afecto.

Esperaba que mis ojos reflejaran lo mismo.

—Mateo. —Respondí con una sonrisa, sintiendo como las palabras aprecian quedarse atrapadas en mi garganta.

<<Habla tu primero. Hazlo más fácil por favor. >>

El tiempo parecía detenerse mientras nos aferrábamos al otro, conscientes de que este momento marcaría el comienzo de nuestra separación.

—Cuídate mucho. —Fue lo que pude decir. Tome su mano y la apreté con cariño.

—Lo hare. —Prometió con una sonrisa suave, antes de soltarme. —Tú también cuídate mucho.

—Lo hare. —Repetí igual que el, luchando por mantener la compostura mientras sentía el nudo apretarse más.

Gabriela y Santiago se separaron, Santiago empezó a caminar, y Gabriela se quedó ahí donde estaba para seguir dándonos espacio.

—Te echare de menos. Pero, sabemos que esto es lo que debíamos vivir. Y agradezco inmensamente haberlo vivido contigo. Eres una mujer increíble. Lo que sentí contigo nunca lo había sentido, y lo atesorare toda mi vida.

Pego su frente con la mía. Mordí mi labio guardándome un sollozo.

—También te echare de menos. Nunca te olvidare, lo nuestro fue especial y perdura en mi corazón, alma y mente. Fuimos algo más, tan inexplicable que entiendo muy bien que así es como debe terminar. Gracias por este tiempo.

Se separa para dejar un último beso en mis labios. Nos dejamos ir lentamente, y cada paso que da es el significado de como también nos estamos alejando uno del otro. Sus siluetas desaparecen gradualmente entre la multitud.

Gabriela y yo nos quedamos un rato más, hasta que nuestro vuelo ha llegado. Andamos y cuando ya estoy subida en el avión me permito soltar unas lágrimas mientras me apoyo en el hombro de mi mejor amiga.

Mientras el avión alza su vuelo puedo sentir mi corazón pesado por la inevitabilidad del fin de lo nuestro para siempre. Es muy curioso como sentimos cuando empezó todo y cuando comenzó a terminar todo.

Estaba escrito, así debía ser. Y lo respetaba, solo que si me dolía.

El avión se alejaba de este lugar, y yo dejaba atrás nuestra conexión que se iba perdiendo entre más alto subía el avión. La conexión se quedaba, pero los recuerdos los llevaba bien guardados en mi corazón.

Y con la última lágrima se fue la pesadez que sentía. Respire profundamente, agradecí lo vivido, y deje la tristeza atrás.

Para cuando pise el aeropuerto de España ya me sentía mejor, y solo sonreía por esa historia tan magnifica que había vivido con Mateo. Pero ya le había marcado el fin de este capítulo en mi vida.