Algo más©.

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Capítulo 5.

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Mateo Lombardi.

—Che, Nicole me cayo genial. Seguirla trayendo.

Miro a Santiago con indiferencia. Pero en el fondo me alegraba que le cayera bien.

—De todas formas, no pensaba pedir permiso para seguirla invitando.

Él se acerca y me da unos golpecitos en el hombro, divertido de mi respuesta. Porque claro, como era mi amigo se creía con el derecho de burlarse mí.

Lo ignoro –como la mayoría de veces- y me doy una última mirada en el espejo de cuerpo completo.

Para el concierto me eligieron un look urbano y llamativo que refleja mi estilo distintivo. Llevo puesta una camiseta ajustada blanca, con los cuatro primeros botones abiertos para un toque desenfadado. Complementaron esto con unos pantalones anchos y cómodos de color negro que permiten libertad de movimiento sobre el escenario.

En mis pies, unas zapatillas deportivas de estilo urbano, asegurando tanto comodidad como estilo. Además, llevo una pañoleta blanca alrededor de mi cabeza –que aparte de ocultar mi cabello negro- da un toque adicional de estilo, junto con otra de color rojo envuelta alrededor de mi muñeca izquierda, añadiendo un contraste de color y personalidad.

—Che, Santiago. ¿Qué tal me veo?

— ¿Por qué me preguntas a mí? pregúntaselo a Nicole. 

<<Boludo. >>

—Sí, Mateo. Pregúntame, te prometo que no mentiré.

La voz de Nicole hace deje de mirar mi pañoleta para alzar mi mirada rápidamente y verle por medio del reflejo del espejo. Sorprendido suelto una risa para darme la vuelta y verla de frente.

—Nicole, no pensé que fueras a llegar tan pronto.

Ella sonríe. <<Me gusta que sonría. >> —Estas muy guapo, Mateo.

—De manera humilde recibo y agradezco tu cumplido.

Ella se ríe conmigo. Y miro a Santiago invitándolo a que se vaya.

—Puf, ¿viste eso Nicole? Re disimulado. —Se queja cuando pasa por su lado antes de salir del camerino y cerrar la puerta.

No sé dónde está Gabriela, pero en estos momentos me centro en ella.

Lleva puesto un vestido blanco ajustado a su cuerpo, y unos tacones que tiene unas tiras que se enredan en sus piernas hasta un poco por debajo de sus rodillas. Tiene su cabello recogido en una cola un poco más alta que traía esta mañana y esta maquillada sutilmente. Las facciones de su rostro resaltan. Está muy bonita.

—Estas muy bonita. Eres bonita.

Ella da unos pasos acercándose a mí.

—De manera humilde agradezco tu cumplido. Pero, sabes... Siento que me hace falta algo.

— ¿Qué te hace falta?

Se detiene a tres centímetros de mí. Está muy cerca, observo su rostro con atención hasta que siento su mano bajando por mi brazo, bajo mi mirada para ver cómo se detiene encima de la pañoleta. Deshace el nudo y me quita la pañoleta.

— ¿Me la pones, por favor?

Tomo la pañoleta rozando su mano en el proceso, para luego amarrarla en su muñeca izquierda. Alzo su mano cuando terminó y dejo un beso el dorso de esta. Principio del formulario

—Que caballero, muchas gracias.

Ella ladea su rostro, mi mirada bajo a sus labios. Me humedezco los míos en cuanto ella hace lo mismo. El momento se rompe cuando tocan la puerta.

—Quedan quince, ven subiendo al escenario Lombardi.

Ella se aleja dándome una sonrisa de boca cerrada.

—No creo que necesites suerte, así que...

— ¿Me devolverás al pañoleta, verdad? Es la que siempre uso en los shows.

—Mmmh, lo pensare. Lo que si se, es que hoy no la tendrás de vuelta.

Me guiña un ojo antes de salir del camerino.

<<Jo-der. >>

Me despabilo y salgo del camerino para dar un buen show. Me acero a mi equipo que me ponen lo necesario y a la cuenta de tres de salgo dando brincos hasta llegar a mitad del escenario.

— ¡Buenas noches, Argentinaaaaaaa!

Los gritos de la gente me hacen sonreír. La energía de las personas del Rentro Cultural Kirchner hace que la adrenalina suba por mi cuerpo. Esta es mi casa, aquí pertenezco, a cada escenario, pero especial a los de Argentina.

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Después de una hora y cuarenta minutos estoy que no la doy más. La he estado dando toda, ha sido unos buenos momentos, mucha interacción con mis fans.

Pero ahora solo suena el instrumental de una mis canciones mientras yo me siento en el piso del escenario.

—Gracias por estar aquí, por escuchar mis canciones, por apoyarme, por quererme. Cada uno de ustedes son muy importantes para mí. Fue un concierto un poco improvisado, pero para los shows que se vienen les aseguro que habrá invitados especiales y estaré con ustedes más tiempo. Gracias por hoy, fue grandioso.

Los aplausos no tardan en llegar. Me levanto y entre los balcones que tiene este lugar la busco a ella. Nuestras miradas se encuentran. Verde y café.

—Gracias por el tiempo, gracias por lo bueno que me han dado, y gracias por todo lo que se viene.

Dejo de mirarla y con asentimiento de cabeza me despido antes de retirarme del escenario.

— ¡Los amo!

Cuando llego al detrás del escenario mi equipo me recibe el micrófono, me felicitan y me avisan que todo salió muy bien, camino hacia mi camerino con Santiago detrás de mí. Sé que es el, por cómo llega a felicitarme.

— ¡Boludo!, todo muy genial.

—Gracias Santiago.

Chocamos los puños antes de entrar al camerino. Tomo mi celular y veo un mensaje de Nicole.

ByNicole:

Tuvimos que irnos, pero Mateo estuvo genial el show. Tu voz me encanta. Gracias de verdad por la invitación, la diste toda.

Hace cinco minutos que lo mando, me apuro a contestarle.

Mateo.LOficial:

Gracias, aun me debes devolver la pañoleta. ¿Una cita mañana antes de que te vayas?

ByNicole:

Ya que insistes.

<<No sé dónde estaba esta mujer antes, pero ahora está en mi vida y debo aprovechar cada momento. >>

Sonrió sin poder evitarlo. No se clase de conexión siento con esta mujer, pero por favor, bien claro lo tengo que no quiero dejar de sentirlo.

Hoy fue un buen día, y mañana también lo será. Nicole no decepciona.

Y yo tampoco.