Algo más©.

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Capítulo 18.

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Nicole Valencia.

Locura.

Esto es una locura.

El ambiente de las fiestas en Barcelona está bien. El ambiente de las fiestas en Colombia también.

Pero aquí en las Vegas es toda una locura.

No sé si es el lugar en específico, o en general en todos los locales de este lugar, pero todo es un caos.

La música varia, las luces son moradas, azules, y verdes. Es esa la combinación. El suelo es una pista de baile, que esta de color morado en estos momentos.

Y hay bastante gente.

Caminamos entre las personas para lograr llegar al segundo piso, donde están las personas VIP, y en esas veo como en una esquina hay una pareja desnuda. Me giro hacia Gabriela.

— ¡Dime que no es un club nudista Gabriela Gómez Ortiz!

Grito tratando de hacerme escuchar sobre la música.

— ¡No!, te lo juro que no.

Siento a Mateo a reírse detrás de mí, y empuja mi espalda baja para que camine un poco más rápido. Cuando logramos llegar al segundo piso, la música no esta tan fuerte, el piso es de manera, y hay poquitas personas.

Gabriela viene riéndose a carcajadas con Santiago, y trato de relajarme.

Me siento en una de las sillas, veo a Mateo darle la vuelta a la silla y poner sus manos en mis hombros, masajeándolos. He tenido una tarde estresante.

Pero ahora, estoy aquí, con ellos, y Mateo dándome un masaje para que me relaje, así que, pongo de mi parte para estar relajada.

Cuando Mateo ya se sienta a mi lado le agradezco su gesto. El me da una sonrisa como respuesta.

— ¿Qué pedimos? —Pregunta Gabriela tomando asiento frente a nosotros.

—Whisky.

Pide Santiago.

—Ron.

Pide Mateo.

Ellos se miran desafiantes.

—Traeré de los dos.

Soluciona Gabriela, la vemos alejándose.

Escucho a Santiago discutir con Mateo sobre como sus gustos carecen de "elegancia." Y observo como Mateo lo ignora olímpicamente y se centra en mí.

Me rio.

Él se encoje de hombros y Santiago se queja.

<< ¿Cómo es que siguen siendo amigos?>>

—Estoy de más en esta situación, pero ya vendrá mi novia para estar en igualdad.

Mateo y yo sonreímos sin dejar de mirarnos, pero, terminamos acercándonos y besándonos. Santiago de fondo quejándose. Cuando nos separamos lo volteo a ver, para verlo mirando hacia otro lado.

Escucho a Mateo reírse.

Al final el suave masaje de Mateo surge efecto y me dejo llevar por el ambiente vibrante del club. Me relajo y tomo Ron en cuanto Gabriela pone en la mesa lo pedido. Mientras tomamos las risas de nosotros llenan el lugar, mezclándose con el ritmo de la música que llegaba del primer piso.

Así estamos pasando el tiempo cuando siento una mano en mi rodilla. Me giro hacia Mateo.

— ¿Estas disfrutando la noche hasta ahora? —Pregunta con una sonrisa juguetona.