Capítulo 19.
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Nicole Valencia.
—Ponte el vestido azul, te queda bien con bronceado que te hiciste ayer. —Me ordena Gabriela tirándome el dichoso vestido azul. —Ella camina hacia el espejo. — ¿Estoy guapa?
Tiene tacones negros de bajita plataforma, un vestido blanco que le llega por encima a mitad de muslo, mostrando sus bronceadas piernas. Su vestido blanco se pega a sus curvas pronunciadas, y escote en corazón resulta sus bubis. Además, su cabello pelinegro está recogido en una coleta que deja libre las facciones de su rostro delicados. Su vestido tiene la espalda escotada, dejando ver su tatuaje, que es una mariposa en toda la mitad.
—Sí, lo estas Gabi. Estas guapísima.
Nos estamos arreglando porque vamos a ir a un casino.
"ya han pasado tres días desde que fuimos de fiesta, vámonos a un casino, además, de que no podemos irnos de aquí sin ir a uno. Sería ilegal."
Fue el argumento de Gabi para arrastrarnos a un casino a perder dinero.
— ¡Ponte el vestido Nicole!
Gabriela me grita cuando ve que sigo acostada en la cama. Miro a Gabriela con un puchero.
No quiero ponerme el vestido azul, quiero el negro.
Pero le hago caso y me pongo el dichoso vestido azul.
El vestido es de color azul brillante y tiene un diseño ajustado. El escote es en forma de drapeado suave y cuenta con tirantes finos adornados con pedrería brillante, lo que le da un toque elegante y sofisticado. El tejido parece ser elástico, lo que ayuda a realzar la figura de mi cintura y resalar mis caderas. Es un vestido corto, con un largo que llega aproximadamente a la mitad del muslo, como el de Gabi.
Mi cabello va en un peinado semirecogido. Tomo una pequeña cartera y ya estaría lista. Mi maquillaje consta de unas sombras café suave en el parpado con un delineado negro, pestañina que resalta mis largas pestañas y glos.
Salimos de la habitación a esperar a los chicos que se estaban preparando en la habitación de Santiago, pero cuando ya estamos en la recepción, vemos que ellos ya han llegado, y que están con trajes negros.
En cuanto nos ven no tardan en venir, cuando llegan, Santiago suelta un silbido.
—Che, están re bonitas.
Gabriela le agradece el cumplido con un beso, y yo solo sonrió.
Mateo me susurra: — ¿A dónde tan bonita? Siempre podemos quedarnos en la habitación.
Suelto una risa por lo bajo volteando a otro lado para que no vea que me he sonrojado.
—Tentadora la idea, teniendo en cuenta que he estado en abstinencia hace mes y medio.
Le respondo después de unos segundos, volteando a mirarlo.
—No eres la única, yo también, y no sabes cuánto espero que tengamos nuestro momento.
Nos besamos suavemente y cuando nos separamos Santiago y Gabriela esperan pacientemente.
Salimos del hotel y caminaos hacia el casino, disfrutando de la brisa nocturna mientras nos acercamos al imponente edificio iluminado. Mostramos nuestros documentos en la entrada y cruzamos la puerta, entrando al mundo brillante y bullicioso del casino.
El sonido de las máquinas tragamonedas llenaba el aire, mezclándose con las risas y murmullos de los jugadores concentrados en sus máquinas o en las mesas de juego.
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Algo más©.
RomanceCOMPLETO. El es un cantante que conquista corazones y ella una creadora de contenido cuya autenticidad cautiva a millones. La gente los ve como la pareja perfecta, pero ellos saben que su relación es algo más. Una mañana, mientras desayunan juntos...
