𝑃𝑖𝑜𝑔𝑔𝑖𝑎

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La ausencia de descanso se presentó en el menor, dejó la cama y camino a paso lento hacia su escritorio, no prendió la lámpara que adoraba este, no saco ninguna libreta o hoja, tal solo se quedo espectante en la silla de su escritorio.

En medio de su periplo de pensamiento se sintió nuevamente cansado, no obstante, mantuvo su persona en la algo cómoda silla, no siquiera el sabía por que, nunca le había pasado el levantarse en medio de la noche sin un asunto o apuro de por medio.

Apenas el volver a la cama causó cansancio en su persona, ahora solo miraba el techo, hace mucho tiempo no lo llevaba a cabo, su pasatiempo se convirtió en solo leer y escribir cosas específicas.

—Es cansado hacerlo—inicio una conversación consigo mismo hasta terminar por dormirse—

Justo a las 5 volvió a despertar, su trayecto fue al baño, su respiración fue sofocada por el fluido frío que su rostro sintió, dio comienzo a su larga y monótona jornada al lavarse los dientes, vio el espejo, tenía una mirada tan cansada como si su alma no estuviera presente en el.

Aquel pensamiento fue borrado cuando el chico se vistió llegando a la planta baja, su mochila seguía en el mismo lugar, sus padres y hermanos parecían aun descansar, detestaba el levantarse antes que todos, su despertar era mucho más rápida que el alba, detestable, tomar el suéter aumentaba sus sentimientos negativos.

Olvido esos pensamientos al cerrar la puerta a sus espaldas, dando tan solo unos pasos comenzó una persistente lluvia, tomo nuevamente la perilla introduciendo solo su mano para sujetar algún paraguas, su cometido no tardo en ser logrado, ahora con otro complemento inicio su caminar hacia su instituto.

A mitad de su camino, contempló a aquel rubio completamente empapado, su pensamiento inicial fue ignorarlo, sin embargo, con cada paso que daba la necesidad de acercarse al otro aumentaba exponencialmente.

El rubio se mantenía desconocedor de la presencial del pecoso, supo de ella en el instante que dejó de sentir el agua cayendo sobre el.

—Te puedes enfermar, ¿sabias?—el mexicano expreso mirando al piso—

—No soy estúpido, claro que lo se—se presentó un tono agresivo en el hablar del rubio—

Checo no pronunció palabra alguna, la mano que sostenía su paraguas se acerco ofreciéndole el objeto al rubio, Max lo tomó algo indeciso, con esta acción el pecoso dio la vuelta para comenzar a seguir su camino, aunque la mano del otro chico lo detuvo.

—Tu lo dijiste, te puedes enfermar—aquellos ojos color cielo lo miraron—. Es mejor ir los dos debajo del paraguas, no quiero que me culpes si te enfermas.

Con confusión asintió, espero al otro y juntos reanudando su anterior camino, al menos ya no estaba tan solo, a diferencia de Max el solo tenia los zapatos algo mojados, parecía que la lluvia se mantendría todo el día, lo cual le parecía encantador, por alguna razón, siempre le llamo la atención en olor que desprendia el pasto al ser podado o mojado, le indicaba un buen regreso a casa.

No definía bien el como sentirse al respecto por la persona a su lado, nunca había interactuado con esta, no sabia sus gustos u otra cosa de él, pese a esto, caminaba a su lado, manteniendo una distancia corta para  caber ambos en el paraguas.

Se notaba de lejos que los dos iban demasiado distraídos, el ruido de la lluvia los acompañaba en esta acción, el viento golpeando sus rostros era una clara señal de que dejaran sus pensamientos atras y se centraran en lo que acontencia entre ellos y su alrededor.

—Max—menciono aun caminando llamando la atención de la persona adyacente a el—. Ayer me preguntaste por mi nombre, esa es la respuesta.

—En ese caso, yo soy Sergio—pronunció casi en un murmullo, aun así, el rubio alcanzó a escuchar e asentir—

—En ese caso, yo soy Sergio—pronunció casi en un murmullo, aun así, el rubio alcanzó a escuchar e asentir—

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Lo prometido es deuda, una actualización más en esta semana.

Espero les gustará, no quiero ir tan rápido con los acontecimientos pero esto ya lo veía necesario.

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¡Gracias por leer!

Nos vemos posiblemente el próximo jueves.

𝐴𝑝𝑝𝑎𝑠𝑠𝑖𝑡𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora