𝐴𝑝𝑝𝑎𝑠𝑠𝑖𝑡𝑜

𝑇𝑎𝑡𝑡𝑜

Aquella pequeña platica en la biblioteca no fue mucha diferencia para ellos, pocas veces se encontraban por los pasillos, en la única clase que compartían ni siquiera se miraban, se sentían más lejanos que cercanos.

Las nubes interferian el sol cuando Checo tomo asiento en una banca en el espacioso campo del instituto, la ausensia de Carlos lo hacia buscar alternativas de distracion, lamentablemente la biblioteca no era opcion, casi siempre en horarios de descanso cerraban el lugar, muchos tenian la preferencia de estar en ese lugar a compartir un momento entre compañeros, el era uno de esos muchos.

Su garganta se mantenia a gusto al sentir el sabor fresco de su jugo de manzana, sorpresivamente su madre lo habia dejado para el la noche anterior, no era muy dulce lo cual le encantaba al menor, se encontraba en el punto perfecto de dulzura, aquello hizo que terminara rapido su bebida, al dejar la pequeña caja de carton sobre la banca alguien tomo lugar en ella tambien.

El peculiar olor a una fragancia de menta y lirio entró en sus fosas nasales, no tardo mucho en sentir la curiosidad picarle el hombro, al voltear un poco se encontró con el rubio manteniendo sus ojos cerrados, volvió su mirada a sus pies.

—¿Siempre usas los mismos zapatos?—como de costumbre Max inicio la conversación—

—Si...—murmuró, otra costumbre entre ellos—

Se reanudó el silencio entre ellos, los pies del pecoso se movían mostrando su aburrimiento, por su lado, Max miraba a su alrededor, en ciertos momentos lanzaba miradas a Sergio, este lo notaba pero prefería quedarse en silencio.

—Tu perfume huele bien—menciono el castaño tomando la pequeña caja de jugo—

—Es una fragancia, no perfume—corrigió el rubio—. Por si no lo sabes son dife-

—Si, lo se—Checo lo miro algo serio—

Max pensaba protestar, sin embargo, solo rodó los ojos, una pequeña sonrisa se presentó en el mexicano, fue demasiado discreta que el rubio no la notó.

—¿Te han dicho lo irritante que eres?—el rubio dejo salir la pregunta con un tono de burla—

—Me lo dicen a menudo—pronunció algo tímido—

Una pequeña risa se mostró como resultado de lo dicho por el mexicano, este mismo volvió a sonreír un poco más amplio, había olvidado por completo la caja de jugo en su mano, aquel descuido causó la caída de esta misma.

Checo olvido el tema para recoger la cajita, a su vez Max se dio cuenta de la torpeza del otro, igualmente movió su mano, se sintió como las películas que su hermana mira en sus tiempos libres, el como un papel importante cae al suelo para que los dos protagonistas se agachen y lo tomen, después de esos todo empieza a pasar tan rápido, pasa un inconveniente, llorar y luego terminan con una pareja feliz, un cliché más, un cliché menos.

—Lo siento...—Checo dejo salir esas palabras al sentir el tacto del rubio en su mano—

—Deberías—Max quito la mano dejando que el otro cumpliera su cometido—. A parte de irritante, un poco estúpido.

El mexicano no respondió, tan solo lo miro por unos segundos al rubio y se dispuso a ponerse de pie.

—Adiós Max—una despedida para ellos era extraña, aun así, se presento—. Nos veremos...no lo se.

—Si, como tu digas Sergio—contestó el rubio dándole poca importancia, con ello, el pecoso desapareció de su campo de visión—. Adiós para ti también Pecas.

Como en algún momento dije, Valdo perdió en su combate y como esta es la que anda en transmisión, ¿en cualquier momento les puedo dar contenido para que sufran?

Pueden seguirme en mis redes para mirar el otro lado.

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¡Gracias por leer!

Nos vemos en el siguiente capitulo, episodio, como le quieran llamar.