𝑆𝑒𝑖 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑚𝑖𝑜

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Días habían pasado desde aquel acontecimiento, Sergio estaba a la voluntad de Max, pero, ¿Max lo estaba?

Después del día que se permitieron conocerse más íntimamente el rubio comenzó a actuar algo raro, en algunos momentos lo trataba de la manera más linda posible, lo mimaba a más no poder, en otras ocasiones con trabajo le dirigía la palabra, parecía que todo avance de llegar a comprenderse se esfumó, el sentimiento de confusión de volvía a instalar en el castaño.

—¿Otra vez pensando mucho?—Carlos lo miraba interesado en saber que pasaba por la mente de su amigo—. ¿Qué pasa?

—Nada, solo estoy pensando en como iniciar a estudiar para los parciales, deberías hacer lo mismo—sabia que no lograría nada ocultandole su verdad—

El español lo miro pero no mencionó nada, no era la primera vez que aquello pasaba, últimamente Sergio pasaba mas tiempo en la luna que con los pies en la tierra, se acerco a su amigo tomando su rostro, la confusión de Sergio y Carlos se mezclaron, comenzaba a mirar a otra persona dentro de Sergio.

—Raro—quito su mano burlándose un poco de su amigo—

Sergio hizo lo mismo hasta que su campo de visión capto a Max caminando hacia ellos, le sonrió, este también le regalo una sonrisa algo extraña, sin importarle la presencia del español planto besos en el rostro del tapatío, este mostraba confusión más no dejaba de sonreír.

La confusión entró más en el cuerpo de Carlos al ver como cada que un beso era dado Max lo volteaba a ver con una mirada de superioridad, pensaba que la pareja de su amigo comenzaba a perder la cordura o algo por el estilo.

—Igualmente raro—susurro mirando a otro lado ignorando que a su lado su amigo y otro chico se comen a besos al punto de que parecía que llegarían al siguiente nivel—

Se detuvieron y Max miró a su novio, ahora sin sonrisa simplemente con una mirada inexplicable, con esto, se fue, abandonado a su pareja después de saciarse, a su lado, Carlos miraba curioso lo que ahora era la relación.

—Déjame adivinar, ¿raro?—Sergio soltó un suspiro y río al recibir un asentimiento del español—

—Pensé que se quedaría, si solo viene a besarte mejor nadota—Carlos opino comenzando a comer—. Es...raro.

—No veo nada raro, solo, es Max siendo Max, no le gusta mucho el contacto en público, es muy reservado, pocas veces nos besamos así aquí...Maxie debe tener muchas cosas en la cabeza—concluyó Sergio tomando un poco del desayuno de su amigo—

—Pues...debe poner cada una en su lugar, sino, será raro—agregó y Sergio lo miró—. No me mires, esa palabra ya es parte de mi personalidad.

Sergio asintió, dio un último vistazo a su pareja, no había nada fuera de lo común, Max siempre lo trata así cerca de una persona que no le cause mucha confianza, lo toma como algo normal, es por ello que se entregaba a el sin refutar, para Sergio el era de Max y viceversa, nunca dudo de ello, sabía que el rubio pensaba lo mismo pero los dos lo mostraban de una manera diferente, con palabras diferentes y acciones también, pero al final del día, Sergio era de Max y Max era de Sergio.

¿Yo actualizando? Tal vez por eso llueve

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¿Yo actualizando? Tal vez por eso llueve.

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