DESILUSIÓN (2MIN)🌈🔞

1.-COMIENZO.

 SEO-GU, INCHEON. COREA DEL SUR

"GRANJA AGRÍCOLA NAMU"

Choi Minho observaba desde el ventanal cómo la lluvia torrencial desbordaba por los pasillos adosados de la entrada. Las gotas golpeaban rítmicamente los cristales, creando una melodía hipnótica que llenaba el aire. El paisaje frente a él se transformaba en un tapiz de verdes profundos y grises melancólicos, con los árboles balanceándose bajo la fuerza del viento y los campos extendiéndose hasta donde la vista alcanzaba, ahora convertidos en pequeños lagos improvisados.

Minho encontraba una paz indescriptible en estos momentos. Le encantaba ver cómo la naturaleza se explayaba con toda su majestuosidad, mostrando su fuerza y belleza en cada detalle. El olor a tierra mojada que quedaba después de la tormenta lo extasiaba, ese aroma fresco y terroso que parecía limpiar el alma y renovar el espíritu.

El campo era todo su mundo. Aquí, rodeado de la serenidad y la pureza de la vida agrícola, sentía que podía respirar y vivir plenamente. Nunca cambiaría este maravilloso lugar por la caótica ciudad, con su constante bullicio y ritmo frenético. En la "Granja Agrícola Namu," Minho encontraba el equilibrio perfecto, un refugio donde el tiempo parecía detenerse y la naturaleza le recordaba, en cada rincón, la verdadera esencia de la vida.

 El capataz Jonghyun, quien además era su mejor amigo, dejó su capota y botas mojadas en el pasillo antes de entrar hasta donde se encontraba él. Minho volteó a verlo con una mezcla de preocupación y alivio reflejada en sus ojos oscuros.

—¿Cerraron a tiempo los invernaderos? —preguntó Minho, con voz preocupante.

—Sí, toda la producción de tomates está a salvo —respondió Jonghyun con una sonrisa tranquila, mientras las gotas de agua resbalaban por su cabello empapado. Minho suspiró aliviado, dejando caer los hombros tensos.

—Gracias, amigo, no sé qué haría sin ti. Eres tan eficiente —dijo Minho con sinceridad, su gratitud era sincera en cada palabra.

—Ni lo digas, Minho. Ese es mi trabajo. Hago lo que me gusta y además me pagas muy bien —contestó Jonghyun con una risa suave.

—Nunca será suficiente. Te debo tanto; la granja es lo que es en parte gracias a ti —replicó Minho, su voz estaba llena de emoción.

—¿De qué hablas, Minho? Cuando llegué aquí hace cinco años, este lugar ya era una de las granjas agrícolas más grandes y fructíferos de todo Incheon —dijo Jonghyun, recordando sus primeros días con una sonrisa nostálgica.

—Pero lo has mantenido así en orden, y eso es importante para mí —respondió Minho, sus palabras estaban cargadas de afecto.

—Eso sí —sonrió Jonghyun, sintiendo el cariño y la gratitud de su jefe como un cálido abrazo. —Pero dejémonos de halagos. Sé que me amas y no puedes vivir sin mí —dijo burlonamente Jonghyun, guiñándole un ojo.

—No digas tonterías, Jonghyun. Mejor sirve dos vasos de whisky; necesito hablar contigo —dijo Minho, tratando de esconder su nerviosismo detrás de una risa forzada.

—Ah, caray. ¿Whisky? Entonces sí que es serio lo que tienes que decirme —dijo Jonghyun, con una ceja levantada en señal de sorpresa. Hizo lo que su amigo le pidió, llenó generosamente dos vasos del licor y le ofreció uno a Minho. Luego, se quedó esperando, sus ojos estaban fijos en el rostro de su amigo.

—¿Recuerdas al chico que conocí en el programa de radio "Corazones Solitarios"? —comenzó Minho, tomando un sorbo de whisky para calmar sus nervios.

—¿Tu disque novio? —dijo Jonghyun con una risa irónica.

—No, no es mi disque novio. Es mi novio desde hace tres meses —corrigió Minho, un destello de molestia cruzando su rostro.