17.-TANTO DOLOR.

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 —No puedo creer que estés haciendo esto, papá —reclamaba Taemin, su voz sonaba cargada de indignación y dolor.

—No estoy haciendo nada que no me corresponda. Minho es tu esposo y ahora está incapacitado para manejar todo lo relacionado con la granja —dijo Soo-man con arrogancia, su tono denotaba una fría indiferencia.

—Papá, ¿te estás escuchando? Lo que dices no tiene sentido. En todo caso, sería yo quien se haría cargo. Pero ni tú ni yo estamos autorizados para hacerlo, y mucho menos sabemos cómo llevar una granja de esta magnitud. Los sembradíos abarcan casi todo Seo-gu; esto no es un puesto callejero de manzanas y peras. Minho tiene gente capacitada para eso.

Soo-man, ya molesto por la negativa de su hijo, no concebía que este le negara la oportunidad de manejar la granja a su antojo. Su ira aumentaba con cada palabra que Taemin pronunciaba.

—¿Cómo te atreves a decirme todas esas idioteces? Nosotros somos tu familia y merecemos parte del negocio, ¿o ya se te olvidó quién planeó todo esto? —gritó, su rostro estaba enrojecido por la rabia.

—Por supuesto que no se me ha olvidado. Tú organizaste esta maldita estafa. Siempre has sido un hombre con una ambición desmedida, utilizando a tus hijos para sacar provecho de todo —respondió Taemin, dejando salir todo lo que había contenido durante tanto tiempo, sin pensar en las consecuencias de sus palabras.

Soo-man, incapaz de soportar que su propio hijo lo destapara como lo peor del mundo, hizo lo que últimamente hacía con demasiada frecuencia: desquitó su furia a golpes. Dos bofetadas fueron suficientes para que el labio inferior de Taemin se abriera y comenzara a sangrar. Esta vez, Taemin no lloró por el dolor físico, sino porque su corazón dolía de la profunda decepción hacia su padre.

—Eres un malagradecido. Cuando tenía dinero, te di todo lo que pedías y más. Ahora que ya no lo tengo y que pido lo justo, te pones digno. Jamás creí que serías capaz de abandonarnos. ¿Qué se siente tener dinero mientras los tuyos no tienen ni para lo más elemental? —espetó Soo-man, su voz estaba cargada de veneno.

Taemin se limpió la sangre con el dorso de su mano, ensuciándose aún más al mezclarla con sus lágrimas.

—Jamás vuelvas a ponerme una mano encima, porque me olvidaré de quién eres, papá —amenazó, su voz era firme a pesar del temblor en su cuerpo.

Ante la amenaza de su hijo, Soo-man se envalentonó aún más y comenzó a empujarlo.

—¿Qué me vas a hacer? ¿Anda, dime? No eres más que un inútil que no supo seguir las órdenes de su padre —gritó, propinándole una patada en la pierna que hizo que Taemin cayera al suelo.

—No te muelo a golpes porque necesito que firmes los malditos papeles para que yo pueda manejar la granja. Así que, de una vez por todas, entiende que yo mando en tu persona. Soy tu padre y siempre tendrás que obedecerme.

Nadie pudo auxiliar a Taemin, ya que el enfrentamiento ocurrió en el consultorio médico de la granja y, desafortunadamente, no había pacientes en ese momento. Soo-man salió como si nada, dando un portazo. Para él, golpear a Taemin ya se estaba convirtiendo en costumbre.

Después de un rato, Taemin logró ponerse en pie. Su pierna dolía como mil demonios, pero ya casi era hora de ir al hospital y no quería llegar tarde. Además, Donghae no tardaría en pasar por él para llevarlo. Tomó un analgésico y untó una pomada en su labio abierto. Donghae tocó el claxon y Taemin, como pudo, salió a su encuentro. Con gran esfuerzo, se subió a la camioneta y saludó con una sonrisa, a pesar del dolor.

Donghae le devolvió el saludo, pero de inmediato se dio cuenta del estado de Taemin.

—¿Qué te sucedió? —preguntó, con preocupación.

DESILUSIÓN (2MIN)🌈🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora