6.-SALVACIÓN.

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 La situación de los Lee se volvía desesperada; el hambre comenzaba a hacer mella, y sin más víveres, alguien tendría que salir a buscar comida de inmediato. Soo-man tomó la decisión.

—Cierren bien la puerta —ordenó—. No sé si Park sabe que nos escondemos aquí, pero ayer me envió un mensaje pidiendo vernos y hablar. No confío en él. Estoy seguro que primero intentará golpearme y luego avisará a la policía, así que no salgan bajo ninguna circunstancia. Trataré de volver lo antes posible. Victoria, si no regreso en tres horas como máximo, ve con tus primas y pídanles dinero para que tú, Kristal y Taemin puedan huir al lugar más lejano que se les ocurra. No se queden en Seúl; es muy peligroso.

Victoria se abrazó a su esposo, su voz era temblorosa—: No digas eso, cariño. No te pasará nada malo. Park no sería capaz. Si no lo ha hecho en un año, dudo que te denuncie.

—No puedo confiar en eso, Victoria. La deuda es muy grande, y lo sabes. Yo pensé que ese tipo Choi nos salvaría, pero se largó sin siquiera avisarle a Taemin.

Kristal intervino, con un tono amargo—: Creo que se hartó de darnos tanto dinero, sobre todo después de que mi hermano le dijera que eras un viejo tacaño. Minho se dedicó a cumplirle todos los caprichos a mi hermano.

—Mejor cierra la boca. Tú fuiste quien más se aprovechó de la situación —dijo Taemin, molesto.

—No empiecen a pelear. Eso ya pasó. Ahora lo importante es encontrar una manera de salir de Seúl —interrumpió Soo-man, decidido—. Por lo pronto, voy por la comida.

Al dirigirse al supermercado, un lujoso Mercedes se le emparejó. Soo-man sintió un escalofrío recorrer su espalda al reconocer el auto. Park Leeteuk. Sus piernas se debilitaron cuando la ventanilla trasera se bajó, revelando el rostro de su ex socio con una sonrisa maliciosa.

—¡SUBE! —ordenó Park, y Soo-man, casi a punto de desmayarse del miedo, obedeció. La puerta se abrió automáticamente, y se subió al coche.

—¿A dónde mierda ibas, Lee? —preguntó Park, con voz cortante.

—A comprar algo para comer —titubeó Soo-man.

Park lo miró con desdén, entrecerrando los ojos—. ¿Por qué será que no te creo, Lee?

—Te digo la verdad, Park. Ya no tenemos comida en la casa y...

—¿Desde cuándo te volviste la señora de las compras, Lee?

—Quería caminar un poco...

—Jajaja, eres tan ridículo. ¿Creíste que una vez vencido el plazo para pagarme le haría algo a tu estúpida familia? Nunca quisiste conocerme bien, jamás te tomaste la molestia de saber realmente cómo soy. Eres un pobre imbécil. Por eso te fuiste a la ruina: no sabes hacer negocios, no conoces a tus socios, no pagas tus deudas. Eres un fracasado.

Soo-man estaba tan nervioso que comenzó a sudar profusamente.

—Qué asco. Sudas como un cerdo al matadero —dijo Park, en tono burlón—. Pero tranquilízate, Lee. Te tengo una buena noticia. Ayer estuve jugando póker con un tipo de la mafia china. Perdí bastante dinero, pero nada que no pueda pagar. Y adivina qué... —Park le picoteó el pecho a Soo-man—. Ese hombre se ha quedado con tus pagarés, así que desde este momento, él es dueño de tu deuda.

—¿Quééé?

—No te asustes. Le pedí que te diera un plazo para pagar, así que tienes tres meses para buscar cómo hacerlo. ¿Ves cómo no soy tan malo, Lee? Ahora bájate de mi auto, que apestas horrible, y ve a hacer tus compras. No se vaya a enojar Victoria porque te tardas.

DESILUSIÓN (2MIN)🌈🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora