Dear Diary | El diario de Seonghwa

Entrada 4.1

Ya es de noche y estoy más tranquilo.

Hablé con mis padres sobre lo que ocurrió y logramos estar en paz.

La pelea fue algo estúpido pero mi ira me ganó en el momento y no pude contenerme.

No creo que pueda culparme por completo por ello. Creo que actúe en defensa mis inseguridades.

El estudiante es de primer año. Me insultó y se burló de mi por mi forma de bailar, diciendo que no tengo futuro y que no tenía nada de bueno. Era un fracasado. Hablé con mis padres no solo sobre cómo inició la situación, sino también sobre mi futuro.

Cada vez que mencionan esa palabra, inmediatamente me tenso. Las preguntas siempre son las mismas, como si quisieran que estuviese seguro de lo que pienso.

¿Qué quieres ser de grande? ¿Está bien que te arriesgues a lo que no has intentado?

Cuando seas un poco más grande, sabrás a lo que me refiero

Si escucharas lo que digo...

Sabrás que lo mejor para ti es lo que te digo. Te arrepentirás con el paso del tiempo.

¿Qué harás cuando no tengas nada?

No decía nada. No podía decir algo. Era el mismo discurso y no iba a cambiar nada. Solo hasta que me convirtiera en lo que deseo y pueda mostrarles de lo que estoy hecho, estarán satisfechos. Y si tengo que arriesgarlo todo para lograrlo, así será. Que se sigan preocupando ellos, porque yo estaré bien.

Cuando terminó la plática que tuvimos, fui directo a mi cuarto. Me tumbé en mi cama, abrazando mi almohada con tanta fuerza dejando de suprimir todo lo que había guardado en mi garganta, todas las palabras, gestos y movimientos en aquella presión sobre la suave almohada y así quitarme el peso sobre mis hombros.

Finalmente hundí un grito en ella y cuando por fin sentí mi corazón tranquilizarse, comencé a redactar en mi diario.

Solo hasta ahora que estoy por terminar esta entrada, me estoy dando cuenta que todo el papel está cubierto de lágrimas. Y que mis dedos que aprietan el lápiz con el que escribo, están rojizos por la fuerza con la que lo sostengo. No los siento.

Park Seonghwa, lamento haberte herido con mis palabras hirientes.

Por favor, no te odies.

Por favor.

Hay muchas personas que están apoyándote, algunas con nombre y otras desde lejos. Pero siempre habrá alguien. No te rindas. Puede que estés más cerca de lograrlo de lo que crees.