Entrada 8

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Finalmente me gradué.

Me despedí de todos mis compañeros de clase, amigos e incluso de aquel hyung que se confesó ese día y no pude decirle que sentía lo mismo o que quería volver a verlo.

Me encargué de dar el discurso de cierre de graduación y, a pesar de estar sumamente nervioso con miedo de cometer errores, terminó siendo un éxito. Mis palabras habían sido genuinas, alcancé a ver a algunos derramar lágrimas mientras otros se contenían. Estaba conmovido y sabía que había hecho un buen trabajo.

Celebramos saliendo a mi restaurante favorito y después de eso, regresé a casa. No fue hasta la noche que salí con mis amigos al parque más cercano y nos la pasamos haciendo estupideces en los juegos para pequeños.

Quisiera decir que ese niño ya no existe en mí, pero la verdad es que no soy lo suficientemente maduro para considerarme un mayor que sirve de ejemplo a seguir para los más jóvenes.

Ese pequeño a veces llora cuando ve cómo la paso. A veces llora porque no me cuido o porque tuve un mal día. A veces me pregunta si soy feliz.

Fue un día agradable, después de todo. Es tiempo de embarcarme a mi sueño, en búsqueda de mi gran tesoro.

Dear Diary | El diario de SeonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora