Había pasado casi un año desde que Aventurine transicionó a omega. No había escuchado nada de Sunday, no quería saber nada de él, tenía prohibido verlo por su contrato y eso lo carcomía. Sabía que no soportaría escuchar que Sunday estaba con otro alfa, pero tampoco sabía siquiera si seguía vivo.
Ya se había acostumbrado a vivir con esa angustia en su pecho, pese a que eso no la hacía menos dolorosa.
El 12 de junio había sido nombrado el Director del Departamento de Marketing del Gremio Intelligentsia. Ratio había cumplido su palabra, había arreglado todo con IPC, pero la única manera que encontró de que la desesperación no lo consumiera era enfocando todos sus pensamientos en el trabajo.
En el tiempo que llevaba ahí, ya se había hecho de una reputación favorable y no solo por ser el omega del CEO. Le dieron la bienvenida creyendo que era un cazafortunas, ahora lo respetaban y veneraban por el expertiz que había duplicado las ganancias del gremio. Ya todos sabían por qué Ratio, quien se mostraba muy desinteresado en formar un lazo, lo había escogido como su omega.
Sin embargo, eso no lo hacía sentir bien. Por Gaiathra, se sentía miserable. Su vida se resumía en trabajar y luego dejar que Ratio hiciera lo que quisiera con su cuerpo. Era así como decía en el contrato, pues Aventurine era una de las pertenencias del alfa.
—Jefecito, no se ha tomado sus vitaminas de hoy.
Una mujer llamada Sparkle había sido asignada como su asistente personal. Percibía que ella era una alfa, pero no podía importarle menos, aunque admitía que ella era buena recordándole los pendientes que a él se le olvidaban.
—No las quiero.
Eran casi las diez de la noche. Aventurine seguía en su oficina, detallando la próxima campaña de publicidad que Ratio le había pedido.
—Jefecito, el jefe se enojará con ambos si no se las toma.
Aventurine vio su pastillero. Era cierto que los últimos días se sentía peor de lo normal, sobre todo desde que fue internado en el hospital.
«Ya sabes, los omegas son muy delicados».
Aún recordaba lo que Robin le había dicho cuando Sunday se enfermó. Al día de hoy, sus palabras resultaban ser dolorosamente ciertas, pero era peor saber que le había dicho adiós a Sunday cuando aún estaba enfermo. La duda, la incertidumbre de si se había curado, si seguía enfermo o si algo peor le había pasado era la peor parte de todo, más miserable que la distancia, más doloroso que sus momentos junto a su alfa.
Aventurine agarró las pastillas que le tocaba tomar en ese día y se dirigió al baño para tirarlas por el escusado.
—O puede hacer eso, la verdad no me importa.
—Qué buena asistente eres.
—Podría importarme cuando respete mi horario laboral.
—Le diré a Ratio que eres incompetente.
—La verdad es que me pagan muy bien las horas extras como para quejarme del trabajo que tengo.
A Aventurine le resultaba más cómoda la compañía de Sparkle que la de su alfa. Era cierto, se sentía vulnerable alrededor de Ratio, se sentía sumiso, tenía tendencias a dejarse dominar, sus piernas se debilitaban y su cuerpo reaccionaba automáticamente al percibir ese amargo olor a jengibre, pero eso solo era la reacción de su omega. Si no tomaba en cuenta lo que sentía mediante el lazo que tenían, a Aventurine le resultaba repugnante su alfa. Pero no podía demostrarlo, no con algo que no fueran palabras, pues su omega anhelaba a ese alfa y lo demostraba con cada oportunidad que tenía.
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La Bendición de Gaiathra
Fanfiction★ RATIORINE/AVENDAY OMEGAVERSE ★ Aventurine creía que estaba roto, pues era tanto alfa como omega a la vez, o así fue hasta que conoció a un precioso omega llamado Sunday y a un salvaje alfa llamado Veritas Ratio... DISCLAIMER: Honkai Star Rail y su...